Por: Gastón Landi

Transcurren los días en Argentina y el paso de las tensiones políticas no pasa desapercibido, abriendo un abanico de especulaciones de todo tipo. Desde el inicio del Gobierno de Javier Milei, las continuas idas y vueltas son resultado del ajuste que promueve una urgente agenda de despidos en toda la esfera pública. Se estima, según estudios del Centro de Economía Política (CEPA), que en el periodo que lleva este gobierno ya se produjeron aproximadamente 43.000 despidos y se prevén 11.000, de acuerdo a lo expresado por el ministro Federico Sturzenegger. En estas cuestiones, el rol de la CGT históricamente ha sido clave, aunque esta vez, más allá del optimismo que se esperaba, la central obrera tomó distancia de los conflictos. Al más puro estilo del vandorismo, una estrategia que priorizaba la negociación y el pragmatismo, los legendarios 'Gordos' de la CGT fueron cediendo terreno uno a uno, llevando la discusión sindical a una clara aceptación de la derrota

El primero en bajarse de la conducción fue Pablo Moyano, conocido además por llevar adelante la lucha gremial de los camioneros, personaje controversial que contaba con el peso de un apellido conocido en la historia del sindicalismo argentino. Según dichos de Pablo Moyano, no fue posible encontrar puntos de acuerdo entre la visión renovada de la Central Obrera y el gobierno de Milei, dado que este último estaba avasallando a los trabajadores. El dirigente se retiraba, pero no sin antes disparar una frase cargada de ironía: 'Dicen que CGT ahora significa Confederación General de Twitter'."

Lo cierto es que luego de esto no se lo vio más en escena; incluso las viejas disputas pronunciadas por los camioneros en otros tiempos ya no se ven seguido por el país. Desde que asumió Javier Milei, la cantidad de paros generales fueron 3, aunque la precisión data en que es uno de los presidentes al que más rápido le hicieron un paro, siendo el primero a los 45 días de gobierno. Se presentaron algunos amparos contra la Ley Bases, también contra las reformas laborales que busca implementar el gobierno, donde el caballo de batalla es la limitación del derecho a huelga, el cual busca implementar a futuro.

Los episodios de enfrentamiento entre el gobierno y trabajadores de varios sectores como también jubilados y pensionados parecen no terminar, pero lo cierto es que han tomado un sentido totalmente decreciente sumado a la poca presencia y resistencia sindical. Los nuevos tiempos parecen traer encima, una mirada diferente sobre un sector trabajador que ha resistido no solo los golpes económicos de los distintos gobiernos, sino también el sufrimiento de la tiranía sindical que hoy parece llegar a su ocaso. El caso más resonante por estos días, en ese sentido, es la renuncia de Antonio Daer, uno de los más conocidos del ámbito gremial tanto por su cargo en la conducción de la CGT como en el sindicato de la Salud donde lleva casi 24 años en el cargo de secretario general. En declaraciones, confirmó su alejamiento del sindicato en el cual es secretario general (ATSA) y reafirmó que no descarta tomar la misma decisión cuando se renueven los cargos de la CGT.

“Dejo la Secretaría General de ATSA, pero no me bajo de la militancia. Después de años dejando parte de mi vida en este sindicato, me voy feliz sabiendo que la Celeste y Blanca sigue fuerte y cuidando a nuestra organización", aseguró Daer en un acto de la lista Celeste y Blanca.

Del resto de los dirigentes gremiales se sabe poco; todo parece estar en un estado de congelamiento que crea incertidumbre y rareza en una de las organizaciones de trabajadores más importantes del país. Las políticas de Milei parecen tener efecto a tal punto que el desgaste del mundo sindical argentino parece llegar a su fin, o al menos invita a redefinir la estructura de la lucha obrera de nuestro país. Los años de conquistas y reclamos están pasando por un proceso de entendimiento entre el viejo mundo del trabajador y las nuevas maneras en las que se presenta el trabajo, junto con sus necesidades. Esta mirada es desde ya la clave y la única opción para afrontar cualquier desafío que se presente en los dos años restantes que le quedan a Javier Milei como presidente.