El viernes pasado murió "El Parche", reconocido militante del peronismo de La Plata, que comenzó a participar políticamente en la Juventud Peronista (JP) durante la década de 1970.

Luego de esos años de plomo, cárcel y violencia, Héctor Rivarola (así se llamaba, aunque todos lo nombran por su apodo), se convirtió en vendedor ambulante. También trabajó en una carnicería, donde perdió tres dedos, y su mano "quedaba como una pistola", como lo recordó con cariño, y en diálogo con este medio, un compañero de militancia que lo conoció de cerca.

Era un militante territorial que no perdía de vista la política general del movimiento al que le entregó sus mejores días.

Nacido y criado en Barrio Jardín, Villa Elvira, Rivarola comenzó a comprometerse con siu pueblo y con su época, en tiempos marcados por la intensa participación política de los sectores medios y más humildes de la sociedad. Y sobre todo, más transformadores.

Desde entonces, su vida estuvo ligada al compromiso con los más pobres y al trabajo colectivo "desde abajo".

Supo ganarse el respeto de la comunidad no solo por su lucha política, sino también por su calidez humana, su palabra firme y su presencia constante en los rincones de la Ciudad a los que no llegan ni el Estado ni la política "profesionalizada".

En tiempos recientes seguía militando activamente en su barrio y en distintos espacios organizativos. Quienes lo conocieron destacan su coherencia, su generosidad y su vocación inclaudicable por una patria más justa. “El Parche no se guardaba nada, entregaba todo lo que tenía. Estaba en todas, y  siempre con sus convicciones intacta”, recordaron en diálogo con Info Blanco Sobre Negro algunos de sus compañeros.

Su partida deja un vacío profundo en el corazón del peronismo platense, y en quienes compartieron con él los sueños, las luchas y la esperanza de cambio social.