

Más de 260 mil personas viven actualmente en asentamientos que fueron creciendo a lo largo y lo ancho del Gran La Plata, de los cuales más de 30 mil son niños de 0 a 9 años, y más 35 mil chicos y adolescentes de entre 10 y 18 años.
El dato surge de la séptima edición del Indicador de Integración y Desarrollo, elaborado por el Observatorio Socioeconómico de la Universidad Católica de La Plata (UCALP) y presentado en las últimas horas en la facultad de Derecho ante un nutrido auditorio.
Los resultados, que se basan en lo relevado durante todo 2024, también arrojaron cifras preocupantes como por ejemplo que 9 de cada 10 personas de esos barrios de la periferia, carecen de un servicio tan esencial como el de cloacas; 8 de cada 10 no están conectados a la red de gas; y 7 de cada 10 no tienen acceso seguro a la energía eléctrica.
La presentación del Indicador, una herramienta única en la región que permite comprender en profundidad las condiciones de vida en los barrios populares del Gran La Plata, se realizó ante la presencia del Arzobispo Gustavo Carrara; la Rectora de la UCALP, Rita Gajate; el Jefe de Gabinete de la Municipalidad, Carlos Eduardo Bonicatto; el titular del Consejo Consultivo de La Plata, Francisco Gliemmo; y la secretaria de Educación de la comuna platense, Paula Lambertini.
También participaron las concejalas Florencia Barcia y María Florencia Defeo; y el concejal Juan Manuel Martínez Garmendia.
Este instrumento combina datos cuantitativos y cualitativos para visibilizar desigualdades, detectar situaciones críticas y orientar políticas públicas que promuevan la equidad, la inclusión y el desarrollo humano integral. En esta oportunidad, el Observatorio presentó como novedad un “Mapa del Poliedro”, al que va a poder acceder ( en este enlace ) a toda la población para enriquecerlo y así contribuir a mejorar la calidad de vida de los barrios populares.
La nueva edición puso el foco en las “vulnerabilidades y la cercanía”, con especial atención a las juventudes. En ese sentido, se abordan problemáticas urgentes como la salud mental, el embarazo adolescente, la violencia intrafamiliar, el acceso desigual a la conectividad, el trabajo adolescente, el consumo adolescente problemático y la falta de participación juvenil.
Como novedad, el Observatorio presentó dos herramientas fundamentales:
En la presentación, la Prof. Rita Gajate destacó que "creemos que es interesante que toda la comunidad reciba este dato, que es un esfuerzo de la Universidad Católica de La Plata que lleva más de 7 años. Nos inspira también como universidad el legado del Papa Francisco, quien en Fratelli Tutti, nos habla de la amistad social, del diálogo, de la cultura del cuidado de los que más lo necesitan. La idea de estos datos que vamos a poner en común es también para que los trabajemos entre todos, ya que lo peor que nos puede pasar es no conocer o negar la realidad Y, con la realidad puesta sobre la mesa, es mejor tener la información para ponernos de acuerdo e intervenir”.
Por su parte, el director del Observatorio, Rodrigo Martín, enumeró las dificultades que se observan en los barrios, con la problemática de la droga, la inseguridad, la falta de acceso a la vivienda y oportunidades laborales. Por eso, mencionó que "hay una serie de cosas que tenemos que empezar a decirlas y tratarlas continuamente, socializándolas y poniéndolas arriba de la mesa, porque son preocupaciones que nos pasan cuando caminamos en los barrios. Son los dolores nuestros del pueblo, del nosotros pueblo. Y después, desde nuestra mesa de trabajo, creemos que la cercanía, la escucha, la pertenencia, los grupos de pertenencia, el acompañamiento en el movimiento, en el continuo movimiento son fundamentales para ir de la periferia al centro para ver qué piensan y sienten".
Monseñor Carrara agradeció al Observatorio por un “valiosísimo trabajo” y llamó a pensar en la forma en que se mide la pobreza, que se enfoca en los ingresos y no en otros elementos como el acceso a los servicios básicos, asfalto, educación y salud. Por eso, valoró positivamente la encuesta realizada y el “Mapa del Poliedro”, que se ajusta a la visión de integración sociocultural que pregona la Doctrina Social de la Iglesia: " Es una que quiere ser superadora, que quiere considerar a los vecinos y vecinas de un barrio popular como protagonistas, no como sujetos meramente pasivos. Los más pobres, no solo dan que pensar a los ámbitos académicos, sino que piensan. No sólo despiertan sentimientos de compasión o incluso a veces de miedo o de bronca, sino que sienten, se organizan y ya no esperan para afrontar esas dificultades que tienen. Es muy valioso en este proceso que el observatorio termine de alguna manera con una escucha mucho más profunda del pueblo, de lo que necesita también de sus búsquedas, de sus sueños y de sus esperanzas”.
El indicador fue elaborado a partir del trabajo de campo en más de 260 barrios, con la participación de referentes territoriales, instituciones comunitarias, equipos de salud y voluntarios. Su publicación constituye un aporte concreto al diálogo entre el Estado, la universidad y la sociedad civil.