El 14 de junio de 1982, el general de brigada argentino Mario Benjamín Menéndez, rindió sus tropas ante el comandante de las fuerzas terrestres británicas, el mayor general Jeremy Moore. De esa manera, los dos países declararon un cese de las hostilidades, y se abrió otro capítulo de la contienda bélica: el de los balances sobre el rol de las fuerzas armadas, las responsabilidades de sus oficiales y suboficiales, y el retorno de los soldados al continente.

​Este sábado se cumplieron 43 años de aquella jornada  "y continúan apareciendo documentos desclasificados que dan cuenta de la situación vivida por los soldados conscriptos durante los 74 días" que duró el conflicto bélico, señalaron desde el CECIM La Plata.

"En los documentos oficiales generados por la propia burocracia del régimen dictatorial se cataloga, como así concluye el informe Rattembach, como una 'aventura militar' la decisión tomada el 2 de abril de 1982 por la junta militar. Las asignaturas pendientes de la democracia aún perduran, se trata de conocer la verdad de los hechos ocurridos y la necesidad de que nuestro pueblo sepa la verdad de lo que paso con sus soldados en Malvinas y no continuar con el ocultamiento de crímenes y la concepción de Gesta Heroica", agregaron en un comunicado que se dio a conocer de cara a esta fecha histórica. 

Además, expresaron que "como es de público conocimiento, los soldados ex combatientes sufrieron las mismas políticas implementadas bajo la doctrina de seguridad nacional en el área continental de nuestro territorio, como así también en Malvinas". 

Y continuaron: "Este documento que ponemos como ejemplo, da cuenta en la declaración que realiza oportunamente el Jefe del Regimiento de Infantería 5, el entonces Coronel Juan Mabragaña, que ocupó posiciones en la Isla Gran Malvinas en puerto Yapeyú, de la improvisación e impericia en el desarrollo del plan táctico y estratégico desplegado en el Teatro de Operaciones Malvinas".

"En unidades militares como el RI5, soldados murieron de hambre, los militares incapaces de buscar recursos para alimentar a la tropa, que debía estar en las mejores condiciones físicas para enfrentar a la respuesta de los británicos en los distintos frentes, en este caso su Jefe, el Coronel Juan Mabragaña ordenó 'emplear mano muy dura porque la gente se desesperaba por la comida'”, añadieron.

Esa “mano muy dura”, ejemplificaron, se aplicó a "soldados enterrados hasta el cuello", y otros  combatientes que murieron “estaqueados” y "atados de pies y de manos en la turba de Malvinas" mientras los británicos "bombardeaban sus posiciones".

Tampoco quieren que haya impunidad para los responsables por las "muertes a causa por el hambre", 

y aseguraron que "en Malvinas, lamentablemente, valía más la vida de una oveja que la vida de un soldado".

En el comunicado también mencionaron que "en la Causa 1777/07 radicada hace 18 años en el Juzgado de Río Grande TDF, hay más de 200 soldados que dieron testimonio con sus denuncias", y que en el caso del Regimiento de Infantería 5 en el Requerimiento Fiscal "se imputaron a 26 oficiales/ suboficiales con pedido de indagatoria que hasta la fecha no se concretó, ya que la Jueza Mariel Borruto a cargo del juzgado espera que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva los expedientes que se acumulan, que ya son 9, y analice la cuestión de fondo sobre los hechos de torturas y otros tratos vejatorios e inhumanos que sufrieron los soldados".

"A 43 años de la culminación de la Guerra, la tortura todavía nos duele y peor aún es estar en manos de esta Corte Suprema de Justicia de la Nación alejada de garantizar la Justicia", concluyó el CECIM La Plata.