

Un rompecabezas es más que un simple juego: es un fascinante viaje del caos al orden, que te lleva paso a paso a la solución. ¿Y lo mejor? Al armar un rompecabezas, disfrutas de un desafío sin estrés. Ya sea que lo hagas tradicionalmente con pequeñas piezas de cartón o en línea, los rompecabezas ofrecen el equilibrio perfecto entre emoción y relajación.
Armar las piezas de un rompecabezas es un ejercicio cerebral completo que utiliza ambos hemisferios. El lado izquierdo es el lógico y metódico, mientras que el lado derecho es predominantemente el creativo y emocional. Resolver puzzles online ayuda a activar ambos hemisferios para que puedan comunicarse entre sí, lo que mejora la función cognitiva. Practicar estas actividades con regularidad puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo. Resolver un rompecabezas requiere esfuerzo mental. Desde separar las piezas periféricas de las centrales hasta encajar las piezas detalladas, requiere cierta concentración. La práctica regular puede ayudar a tu cerebro a desarrollar habilidades de resolución de problemas que puedes aplicar a la vida cotidiana. Te hará más innovador al resolver problemas cotidianos y agudizará tu pensamiento crítico. Buscar entre cientos de piezas individuales aumenta la capacidad de exploración y la imaginación. Estudiar repetidamente el motivo de la imagen también fomenta la visualización. Sin embargo, el proceso de armar un rompecabezas no solo requiere imaginar el motivo final, sino también comprobar si cada pieza tiene la forma correcta.
Si disfrutas armando rompecabezas con tu familia y amigos, también te ayuda a mejorar tus habilidades de colaboración. Tanto es así que las empresas están fomentando el uso de rompecabezas en el trabajo para fomentar la colaboración entre compañeros. Investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que la oportunidad de armar rompecabezas juntos en el trabajo ayudaba a mejorar las relaciones y a fortalecer la capacidad de colaborar y trabajar en equipo. El cerebro produce más dopamina al resolver rompecabezas. Este neurotransmisor controla el estado de ánimo y el optimismo. También influye en la motivación, la memoria, la concentración y el aprendizaje. Cada vez que completamos un rompecabezas, incluso si solo colocamos una pieza en el lugar correcto, se libera dopamina. Esto nos motiva a seguir adelante y a desafiarnos hasta completar la tarea, lo que genera sentimientos de logro y satisfacción.