jueves 24 de julio de 2025 - Edición Nº 29.188

Política | 22 jul 2025

Elecciones 2025

¿Cierre de listas o cierre de ciclos?: la política bonaerense en crisis


Por: Gastón Landi

El pasado fin de semana, la provincia vivió momentos de gran tensión política. La fecha límite impuesta por la justicia electoral para la presentación de listas de candidatos a las próximas elecciones legislativas expuso la profunda incompetencia interna de los partidos. Este episodio dejó en evidencia un preocupante bajo nivel de liderazgo en nuestro país. Y además, señaló claramente que hay sectores y formas de hacer política que ya han cumplido un ciclo, interpelando a toda una sociedad sobre el estado actual de la dirigencia en nuestro país.

Las elecciones de este año, que aún no se han celebrado, se desarrollaron en un marco donde, como es habitual, la desconexión con el pueblo y la desesperación por la permanencia en el poder hicieron su aparición triunfal. Existe un fenómeno cada vez más visible: la desconexión de los dirigentes con la realidad. Esto genera un clima hostil, producto de una falta de madurez política que les impide diferenciar la práctica política del mero electoralismo. Esta actitud los moldea como una suerte de élite soberbia, donde la autocrítica parece ser mínima. Las mismas figuras se reacomodaron en la escena, evidenciando vergonzosamente la ausencia de un proyecto que trascienda la mera contienda electoral, dejando sus futuras acciones en la más absoluta incógnita.

En un país donde la crisis económica sigue siendo una constante, lamentablemente hay temas cruciales que no se abordan o se tocan de manera superficial, sin propuestas convincentes. Todo lo sucedido, aunque parezca menor, refleja modelos de poder establecidos y otras vías que aún permanecen relegadas debido a su intransigencia a la moderación.

Al observar la situación con detenimiento, se distinguen varios fenómenos: por un lado, quienes buscan afianzarse en el poder; por otro, quienes anhelan retomarlo; y finalmente, quienes sueñan con apaciguar las aguas en tiempos de gran turbulencia. Sin embargo, el centro de la atención hoy radica en dos espacios antagónicos: La Libertad Avanza y Fuerza Patria. Mientras el oficialismo (La Libertad Avanza) busca consolidarse, Fuerza Patria parece dar sus últimos suspiros antes de un posible escenario adverso.

La estrategia del gobierno nacional fue más directa y rápida. A pesar de los cabos sueltos en algunas localidades, lograron un impacto significativo. Demostraron su poder con facilidad frente a un PRO casi desaparecido, cuya única opción era acatar las órdenes de Karina Milei.

Además, corrieron con cierta ventaja: algunos dirigentes del PRO ya habían migrado al partido violeta después de las elecciones porteñas, por lo que solo esperaban confirmaciones. Este fue el caso de figuras conocidas como Diego Valenzuela, Guillermo Montenegro, y luego Cristian Ritondo junto a Diego Santilli. Muchos dirigentes "bullrichistas" también dieron el salto. Si bien pudo haber tensiones internas, estas no se hicieron visibles, lo que representa un punto a favor para el oficialismo.

En otro segmento, el fragmentado peronismo parece haber sufrido enormemente por la falta de una buena conducción del movimiento. Esto les está costando tan caro que su futuro ni siquiera depende ya del resultado de las próximas elecciones.

En su intento por construir un rompecabezas interno alejado de la figura de Cristina, el gobernador Axel Kicillof tuvo que lidiar no solo con el sector más combativo de La Cámpora –leal a Máximo Kirchner y su madre– sino también con la rebeldía de dirigentes como Mayra Mendoza, que intentaron imponer decisiones por encima de la cúpula partidaria. El problema, que derivó en gritos y pases de factura, fue consecuencia de la apresurada definición de candidaturas para el gobernador, quien, dicho sea de paso, posee la 'lapicera y la chequera'.

La irresponsabilidad ética de los dirigentes de ese espacio, que incluso amenazaron con una ruptura, se vio "beneficiada" por un corte de luz en la justicia electoral, lo que les permitió extender el plazo para presentar candidatos. La fórmula resultante fue apelar a lo conocido y a la vez con poco ruido en la escena: las listas se conformaron entre territorialidad, apuro y el intento de ponerle "la mejor cara a una catástrofe tapada”.

Al evaluar ambos sectores, La Libertad Avanza y Fuerza Patria, se observa lo siguiente: el oficialismo, combinando silencio y rapidez, logró mantenerse fuera de la polémica, aplicando las mismas recetas anteriores sin que sus candidatos fueran examinados. Por otro lado, Fuerza Patria se llevó toda la atención, aunque su accionar tuvo una doble consecuencia perjudicial: potenció el hartazgo hacia la política y engrosó las filas de los abstencionistas, lejos de satisfacer las expectativas que con urgencia requieren. Su accionar solo evidenció que no ofrecen una propuesta renovada y que no consiguen avanzar más allá de lo que representan las facetas más repudiadas y anticuadas de la política. Por su parte, La Libertad Avanza espera repetir los resultados que ya viene obteniendo sin mucho esfuerzo.

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