

El caso recobró notoriedad por los testimonios de Araceli Ramírez (Conesa), Viviana Moyano (Dolores) y Johana Ramírez (Lavalle). Las trabajadoras denunciaron que desde que Casanovas asumió al frente de la región XIV de IOMA en febrero de 2024, "se hizo costumbre el maltrato psicológico, especialmente contra las mujeres". Por esa razón, llevaron sus casos ante la Justicia Contenciosa Administrativa, y lo acusaron de "violencia institucional, acoso laboral, discriminación de género y abuso de poder".
Según relataron, hasta abril de este año las tres mujeres no se conocían, pero frente al acoso y maltrato de Casanovas, se encontraron en el mismo comité interdisciplinario del organismo, donde se enteraron de que no eran las únicas que sufrían los maltratos
“La gente que ponen no tienen ni idea de lo que hacen, no respetan a los empleados ni a los afiliados. No les importan las instituciones, es algo más político que hacen ellos. Si vos no tenés un director que le importe el equipo de trabajo, mucho menos le va a importar los afiliados”, expresó Moyano, que es quien más de cerca cumplió tareas con Casanovas, ya que trabaja en la sede del IOMA en Dolores.
De acuerdo al relato de la mujer, ingresó en IOMA en noviembre de 2001, cuando se creó la regional XIV, que agrupa a 14 delegaciones y 60 mil afiliados, y en todos esos años nunca vivió una situación similar. “En ese momento nos enseñaban a que nosotros teníamos que solucionar los problemas y ser muy empático con los afiliados, independientemente de qué partido político sea. Pero en diciembre de 2023 hubo un cambio y sacan al director que teníamos nosotros para poner a Casanovas, que venía de la política. Es la primera vez que nos pasa que venga alguien de afuera“, recordó.
Además de ese cargo en IOMA, Casanovas estaba a cargo del ANSES de Dolores y actualmente es concejal de Unión por la Patria en el municipio. Pese a que tenía que ingresar en diciembre, el dirigente peronista recién entró en funciones en febrero porque estaba de vacaciones. “Yo tuve que cortar mis vacaciones para ocupar el cargo de interina porque él no estaba“, declaró Moyano.
Demanda Contencioso Administrativa by Blanco Sobre Negro
"Cuando entró, Casanovas dijo que venía a sumar y no a restar, que era un compañero más, pero nunca lo cumplió. No respeta los cargos, amenaza con despedir gente porque es amigo de Nicolás Kreplak. Yo pasé meses terribles porque nunca respetó mi cargo, hacía uso de mi clave en el sistema para hacer las horas extras, para usar la caja chica. Nunca me preguntaba si estaba de acuerdo o no, él decidía todo con el agravante de que no le interesa aprender el trabajo, le tenés que resolver todo. Uno es esclavo, desde La Plata te dicen que le tenés que solucionar las cosas", contó Moyano.
A los problemas administrativos, se sumaron situaciones incómodas por "acoso de género", relataron. Según la vecina dolorense, Casanovas "decía cosas indebidas para una oficina, como 'qué lindo tenés el pelo' o '¿cómo venís vestida así?'" , y añadió:"Me tocaba el pelo y la espalda, me mandaba mensajes inapropiados fuera de horario, me llamaba a cada rato por cualquier cosa".
La situación escaló cuando acudieron a la sede representantes de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), para escuchar las acusaciones. "A partir de eso, Casanovas no me hablaba. Cuando salía a algún lado, me mandaba mensajes preguntando dónde estaba, me aisló en una oficina para que esté sola, tuve que empezar a hablarle por intermediarios porque no me quería escuchar", contó Moyano.
"Tanto le di a IOMA cuando ahora no les importamos nada como institución. ¿Cómo voy a volver a compartir un lugar con una persona que la estoy denunciando por violencia de género? Creo que lo único que esta gente le preocupa es si se viraliza y que políticamente pierdan votos. IOMA no hace nada por los trabajadores ni por sus afiliados", lamentó la mujer.
Tras varias terapias con una psicóloga, charlas con su familia y una reunión en el Ministerio de la Mujer, en abril de este año Moyano notó que Casanovas le había bajado su categoría a modo de represalia. "Un día voy a entrar a mi sistema y lo tenía inhabilitado. Cuando voy al GDEBA (Gestión Documental Electrónica Buenos Aires), tenía una nota que decía Víctor Casanovas pedía la limitación de mi cargo. Nadie me dijo nada, nadie me comunicó, no hubo acto administrativo, fue puro castigo. Cuando miré para su oficina, se me rio", relató.
Según la denunciante, el funcionario la bajó de categoría 21 a 14, lo que equivale a $700 mil menos de sueldo. "A mí me arruinó la vida, uno no está acostumbrado a estar con estos seres perversos que les importa tener poder y abusar de eso, estoy tomando medicación para dormir porque yo me enfermé por su culpa, mi marido me tenía que ir a buscar a la esquina del trabajo. Encima nos quiso comprar a través de un abogado, que nos dijo que si no aceptábamos la propuesta de él, nos echaban", fustigó Moyano.
El relato de Moyano coincide con el de Araceli González, una trabajadora de la delegación de IOMA de Tordillo que asegura que Casanovas la amenazó por sus pensamientos políticos. "Un día vino a la oficina y me preguntó si estaba sola, cuando le dije que sí, se me acercó para decirme que me calle la boca y que deje de publicar en mis redes sociales cosas de política", contó la oriunda de General Conesa.
En esa ocasión, González rememoró que Casanovas le dijo que fue mandado por la Delegación de Tordillo y por UPCN a extorsionarla. Sin embargo, cuando la trabajadora de IOMA consultó en el gremio, ellos le dijeron que no tenían nada que ver.
"Recién este año pude hablar con alguien de Tordillo, que me aseguró que me apretaron porque no militaba para ellos. Casanovas manifestó en la regional que me habían echado 'por ser amarilla'. Nunca en mis 23 años de trabajo tuve un problema. Estando en uso de mis vacaciones, me entero por por redes sociales del municipio que yo era desplazada de mi cargo y que traían a Manuel Castellá como reemplazo, quien es hoy el delegado de Tordillo", lanzó González.
González agregó que, apenas fue reincorporada, Castellá la interrogó acerca de sus publicaciones en redes sociales y le comunicó que "les molestaban" sus posteos. A partir de allí, comenzó un tratamiento psicológico con el equipo interdisciplinario del IOMA que determinó que había sufrido violencia de género, por lo que le otorgaron licencia.
"En 20 años es la primera vez que saco licencia. Tengo un hijo con autismo y 5 años de tratamiento, y yo acomodaba mi horario a la tarde para no perjudicar mi oficina. Entonces me parece que eso es un abuso total. Se me aceleró más un tratamiento precancerígeno que estoy haciendo, seguramente el resultado de la biopsia no va a salir tan bien en parte gracias a todo este estrés que estoy pasando. Yo lo único que pido es que se haga justicia", deseó la empleada del IOMA.
Demanda Contenciosa dIOMA by Blanco Sobre Negro
Por su parte, Johana Ramírez denunció que en la delegación de IOMA en Lavalle nombraron a militantes de La Cámpora "que hicieron del lugar un búnker político".
"Ellos querían a toda costa mis claves del sistema, porque los usan para entrar a la caja chica. Yo los enganché robando información para mandarlos a referentes camporistas, maltratando gente delante de los empleados porque te buscan peleas y discusiones para hacerte quedar mal", subrayó la lavallense.
Según Ramírez, Casanovas dejó a cargo a una delegada que "iba a trabajar cuando quería", y que comenzó a hacer tedioso su trabajo diario. "Un día, yo no había ido a la sede porque arreglamos con mis compañeros sumarnos a un paro. Esa vez, me llamaron por teléfono para saber si estaba trabajando. Cuando les dije que no, Casanovas fue mandar a un tipo desde San Clemente para abrir la delegación y no avisarme a mí, para dejarme mal", expresó la denunciante.
"Ese día, aprovecharon y me dieron vuelta a la oficina. Me encuentro con la nueva delegada que no quiso mostrarme resolución con la que fue nombrada, y que me aseguró que no reviso nada. Ahí terminé con un ataque de nervios, el equipo interdisciplinario sostuvo todo el tiempo que lo mío no era violencia de género sino laboral y me dio licencia durante dos meses. En ese lapso, recién me llamaron de la oficina el último día para avisarme que se me terminaba la licencia. Nunca se comunicaron para saber cómo estaba", recalcó Ramírez.
Cuando se viralizó la denuncia, un agente sanitario se comunicó personalmente con Ramírez para acusarla de decir mentiras, pese a que la supuesta delegada que revisó su oficina a principios de año, recién fue designada al pasado 1 de julio. "Es decir que todo lo que me hizo a mí, lo hizo cuando no había sido nombrada", aseguró.