

El seguro contra incendio para local comercial es una póliza pensada para proteger tu inversión cuando el fuego, el humo o una explosión impactan el edificio, las instalaciones y la mercadería. En un país donde reponer stock y equipamiento implica costos altos y plazos inciertos, contar con cobertura específica para tu rubro evita que un siniestro te deje fuera de juego.
A diferencia de otras pólizas patrimoniales, el seguro contra incendio para comercios distingue entre el edificio (si sos propietario) y el contenido (si sos dueño del negocio o inquilino).
También puede incluir daños por humo, explosión, rayo, y eventos derivados como gastos de remoción de escombros o daños por agua de extinción. Esto hace que la póliza sea adaptable a locales en la calle, galerías, shoppings y ferias.
Si estás tramitando habilitación municipal, el consorcio te lo exige o el shopping pide certificado, seguí leyendo para más información sobre cómo elegir la cobertura correcta y cómo presentar constancias de vigencia, sumas aseguradas y cláusulas de no cancelación cuando te las soliciten.
La base cubre incendios del edificio y/o contenido, pero conviene sumar extensiones que muchas actividades necesitan. Pensá en explosión de calderas o cocción, daño por humo en textiles o electrónica, daños por agua accidental, o cobertura de seguro de comercio que integre rotura de vidrios, cartelería luminosa y rótulos.
Para rubros con alta dependencia del flujo de caja (gastronomía, indumentaria, perfumería, librerías), una opción esencial es lucro cesante por incendio. Indemniza la pérdida de beneficio bruto y gastos fijos mientras el local permanece cerrado o funciona parcialmente, según el período indemnizable pactado.
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Definir bien la suma asegurada es clave. Para edificio se toma el costo de reconstrucción a nuevo por metro cuadrado, sin incluir el valor del terreno. Para contenido, valuá a nuevo máquinas, muebles, instalaciones, POS, hornos, heladeras, racks, y la mercadería a costo de reposición. Si importás o trabajás con artículos estacionales, contemplá picos de stock y ajustes pactados.
Considerá cláusulas de ajuste automático por inflación y revisiones trimestrales o semestrales. Un error común es quedarse corto y terminar con infraseguro, lo que reduce la indemnización proporcionalmente. Consultá franquicias y límites por subcoberturas (vidrios, carteles, equipos electrónicos), y verificá si hay deducibles por evento.
Para contratos de alquiler comercial suele ser obligatorio presentar seguro de incendio al inquilino y su precio suele depender de rubro, superficie, ubicación, tipo de construcción, sumas aseguradas y medidas de seguridad. Muchas administraciones piden cláusula de no repetición a favor del consorcio y certificado de vigencia; pedilo al productor para entregarlo junto con el contrato o la renovación.
Si operás gastronomía con extracción, depósitos con cartón o solventes, o exhibición con iluminación potente, la cotización puede considerar mayor exposición. Las aseguradoras suelen relevar matafuegos habilitados, disyuntor diferencial, cableado en buen estado, y distancia a hidrantes; todo esto impacta en la prima final sin que tengas que pagar de más si cumplís normas básicas.
Antes de cerrar la póliza, revisá estos puntos prácticos:
Para una cotización ordenada prepará datos simples: rubro y subrubro, superficie cubierta, tipo de construcción (mampostería, chapa, losa), existencia de depósito y su carga de fuego, horario de atención, barrio o partido, y listado de equipos relevantes con valor a nuevo. Si tenés cámaras, alarmas monitoreadas o detección de humo, informalo: suele mejorar condiciones.
Si te mudás o ampliás el local, pedí endoso de modificación: cambiar dirección, actividad o sumar metros sin avisar puede afectar la cobertura. Guardá fotos del estado del local, facturas de equipamiento y un inventario básico; facilitan la verificación y aceleran la liquidación ante un siniestro.
Muchas veces resulta eficiente combinar el seguro contra incendio con responsabilidad civil hacia linderos y terceros, rotura de vidrios y pérdida de mercadería refrigerada por falla de energía. Si trabajás con tablets, notebooks o POS móviles, sumá electrónicos; si usás cartelería de altura, revisá que incluya montaje y anclajes. Para los gastronómicos, la cobertura de extracción, filtros y campanas es clave.
La prevención también ahorra. Capacitá al equipo en uso de matafuegos, mantené libres las salidas, hacé mantenimiento eléctrico anual y limpiá campanas y ductos según la intensidad del uso. Evitá almacenar cerca de tableros o cocción, y rotá stock inflamable. Estas medidas pueden habilitar descuentos o al menos evitar recargos por agravación del riesgo.
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Elegir un seguro contra incendio para un local comercial bien armado no es un gasto: es la herramienta que te permite volver a abrir las persianas y sostener la cadena de pagos si algo sale mal. Combiná coberturas, definí sumas a nuevo, pedí certificados y asesorate con un productor para adaptar la póliza a tu zona y actividad. Así, tu seguro contra incendio y el seguro de comercio trabajarán a favor de tu negocio, con condiciones pensadas para el día a día argentino.