

Desde que asumió Javier Milei, cerraron 620 panaderías en la provincia de Buenos Aires, según un informe de la Cámara de Industriales Panaderos (CIPAN). A nivel nacional, son más de 1700 las que bajaron las persianas.
Los cierres ocurren, según la CIPAN, como consecuencia de la caída del consumo de pan a la mitad del que había en 2023 y con una capacidad operativa al 60 por ciento en la actualidad.
Al respecto, el presidente del Centro de Panaderos de Merlo, Martín Pinto, indicó que la situación actual obliga a la industria panadera a “operar muy por debajo de su capacidad instalada”. Por ello, la producción de productos panificados se redujo a la mitad, lo que hace muy complejo sobrevivir.
“El consumo de pan, un alimento básico y de primera necesidad en la mesa de las familias argentinas, cayó un 50 por ciento en el último año y medio”, explicó el dirigente.
Con relación a otros productos tradicionales para la gastronomía argentina, como las facturas, la situación se agravó mucho más. Según Pinto, "se venden un 85 por ciento menos".
En cuanto a los precios, el kilo de pan se encuentra por encima de los 3000 pesos promedio, mientras que la docena de facturas parten de los 9000, aunque se esperan aumentos en los próximos meses.
Esto último debido a que otra vez los costos, que en dos años subieron hasta un 2000 por ciento, volvieron a pegar un salto y eso impactará en el kilo de pan.