

Este miércoles, el juez federal de Garantías N°1 de Salta, Julio Bavio, hizo lugar al requerimiento del fiscal general Eduardo Villalba y la auxiliar fiscal Roxana Gual, de la Fiscalía de Distrito, y formalizó una investigación penal por el delito de trata de personas contra un remisero y tres hombres acusados de captar alumnas de un colegio secundario del sur de esa ciudad capital para explotarlas sexualmente. Lo informó el Ministerio Público Fiscal (MPF) en su página oficial.
Además, aclaró que "los acusados quedaron imputados como coautores de trata de personas con fines de captación, promoción, facilitación y explotación sexual, agravada por la vulnerabilidad, minoridad y cantidad de víctimas, la participación de más de tres personas y por haberse consumado la explotación. A instancia de la fiscalía, a los cuatro se les dictó la prisión preventiva".
"En el caso hay un quinto investigado que es un adolescente de 16 años quien quedó imputado de manera provisoria por el mismo delito, pero en carácter de partícipe secundario, y que continuará sometido a proceso con un régimen especial", agregó el MPF.
El fiscal que interviene en la causa planteó que el conductor cumplía un rol clave para captar a las víctimas y organizar los encuentros sexuales que mantenían los otros tres acusados, sobre todo en lugares de encuentro ubicados sobre la ruta 26, o en la casa de uno de los explotadores.
En una audiencia realizada el jueves pasado, el fiscal Villalba calificó “de una gravedad inusitada” los delitos que se están investigando, y reconoció que hubo denuncias previas que “no fueron atendidas debidamente por los organismos del Estado”.
“Sabemos que el delito de trata de personas es un delito que cosifica al ser humano. La función del remisero era buscar cuál era la mercadería que los clientes estaban necesitando”, destacó.
Además, Villalba señaló que todo comenzó con la captación de alumnas de cuarto año de ese colegio, que han tuvieron encuentros sexuales con los tres imputados a cambio de dinero, por “obra del remisero”.
También explicó que había una lista de precios para las prácticas sexuales, que iban desde 60 mil hasta 200 mil pesos.
"La investigación también estableció que el remisero tenía sometidas desde el punto de vista psicológico a las víctimas. Villalba explicó que algunas de ellas lo veían como una persona que les posibilitó adquirir ciertos bienes como un celular o ropa y manejar ciertas sumas de dinero, y que otras le temían porque las tenía amenazadas con contarle lo que hacían a sus padres", informó el Ministerio Público Fiscal.