sábado 15 de noviembre de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 13 nov 2025

Errores comunes al buscar vivienda en portales o redes

Buscar casa en internet puede ser un riesgo si no sabés qué mirar. Conocé las señales de alerta más comunes para evitar fraudes y engaños.


Buscar una vivienda puede parecer más fácil que nunca. En pocos minutos, los portales y redes sociales muestran cientos de opciones con fotos impecables, descripciones detalladas y precios tentadores. Pero esa misma abundancia puede jugar en contra. Entre tanta oferta, no siempre es sencillo distinguir lo real de lo que solo busca aprovecharse del entusiasmo de quien está por mudarse.

La emoción del cambio suele hacer que los detalles pasen inadvertidos. En ese punto, un clic apresurado o una transferencia hecha sin verificar puede transformarse en un problema difícil de revertir. Por eso, más que una simple búsqueda, alquilar hoy requiere una dosis de paciencia, observación y desconfianza saludable.

Cuando la urgencia se vuelve aliada del error

Uno de los errores más frecuentes es dejarse llevar por la ansiedad. Las viviendas bien ubicadas y a buen precio se publican y desaparecen rápido, lo que genera la sensación de que hay que decidir enseguida. Sin embargo, los estafadores suelen aprovechar precisamente ese apuro.

Publicaciones con precios demasiado bajos, fotos de catálogo o condiciones poco creíbles (como aceptar reservas sin visita previa) son señales de alerta. Si el anuncio no ofrece datos verificables del propietario o de la inmobiliaria, conviene detenerse. La prisa nunca es buena consejera cuando se trata de comprometer dinero y estabilidad.

Verificar la dirección en Google Maps, pedir un recorrido virtual o consultar reseñas de la inmobiliaria son pasos simples que pueden evitar un disgusto. Si el supuesto dueño evita las llamadas o propone pagar “para asegurar la propiedad” sin firmar nada, es mejor alejarse.

Fotografías que engañan y descripciones incompletas

Las imágenes son la carta de presentación de cualquier anuncio, pero también un terreno fértil para el engaño. En algunos casos, las fotos pertenecen a propiedades distintas o están tomadas desde ángulos que distorsionan los espacios.

Una estrategia útil es buscar esas mismas imágenes en otros portales: si aparecen repetidas con distintas direcciones o precios, hay algo que no encaja. También conviene desconfiar de los anuncios que solo muestran los ambientes más atractivos o no exhiben zonas clave como baños o cocinas.

Las descripciones vagas o sin información básica (expensas, superficie, antigüedad, ubicación exacta) pueden esconder datos que más tarde complican la negociación. Pedir siempre una ficha técnica completa evita avanzar sobre promesas vacías.

Cuidado con las redes sociales

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Las redes se convirtieron en un canal alternativo para encontrar alquileres, pero también en un espacio propenso a las estafas. Perfiles falsos, suplantación de identidad y falsos intermediarios son cada vez más comunes.

Una forma sencilla de protegerse es no concretar operaciones fuera de plataformas seguras. Los pagos o reservas deberían realizarse solo luego de confirmar la existencia de la vivienda y de contar con un contrato formal. Pedir documentación que acredite la propiedad y verificarla en registros públicos puede parecer exagerado, pero es lo que realmente brinda tranquilidad.

Los grupos de Facebook o WhatsApp suelen mezclar ofertas genuinas con publicaciones dudosas. Ante cualquier sospecha —como pedidos de dinero anticipado, cuentas a nombre de terceros o falta de respuestas claras— lo mejor es no continuar la conversación.

Documentación y pasos formales que no deben omitirse

Firmar un contrato de alquiler no es un simple trámite, sino la base legal que protege tanto al inquilino como al propietario. Uno de los errores más comunes es avanzar con acuerdos informales o pagar señas sin recibir documentación respaldatoria.

Antes de transferir cualquier suma, hay que confirmar que el contrato se redactará por escrito, que la persona que alquila tiene derecho sobre el inmueble y que los datos coinciden con los del título de propiedad. Cualquier incongruencia —nombres diferentes, direcciones mal escritas, cláusulas poco claras— debe revisarse con detenimiento.

En este punto, el seguro de caución puede ser un aliado clave. Aunque su función principal es proteger al propietario frente a eventuales incumplimientos, también beneficia al inquilino: reemplaza al garante tradicional y agiliza el acceso a la vivienda. Para emitir la póliza, la aseguradora analiza la solvencia del inquilino y verifica que el propietario y el contrato cumplan con las condiciones legales, generando un marco de confianza y seguridad para ambas partes.

Detectar señales de fraude antes de que sea tarde

Existen patrones que se repiten en la mayoría de las estafas: urgencia, desconfianza en la visita, comunicación solo por mensajería y ofertas que parecen demasiado buenas para ser ciertas. A veces, el fraude no busca apropiarse del alquiler completo, sino captar señas pequeñas de muchos interesados antes de desaparecer.

Ante la duda, una búsqueda inversa del número de teléfono o el correo puede revelar si fue reportado antes. Revisar foros y grupos donde se advierten engaños inmobiliarios también ayuda a evitar caer en trampas.

Los sitios más reconocidos suelen ofrecer mecanismos de reporte o verificación de identidad. Usarlos puede parecer un paso adicional, pero suma una capa de seguridad importante.

La confianza se construye, no se promete

La búsqueda de una vivienda es, en el fondo, un ejercicio de intuición. Más allá de los documentos y las comprobaciones, hay algo que se percibe: la forma en que se comunica el propietario, la coherencia entre lo que se muestra y lo que se dice, la disposición a responder preguntas sin evasivas.

Confiar no es ingenuidad, es una decisión informada. Significa avanzar con cautela, priorizar la transparencia y no temer frenar una operación si algo no convence. Porque el verdadero alivio no está en encontrar rápido, sino en encontrar bien.

Buscar casa no debería ser una carrera, sino una elección consciente. Y en ese camino, la prudencia se vuelve la mejor aliada para llegar a destino sin sobresaltos.

 

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