El Concejo Deliberante de La Plata aprobó este martes por mayoría el nuevo Código de Ordenamiento Urbano (COU) que regirá en la capital bonaerense. La concejal de María Belén Muñoz (La Libertad Avanza) votó en contra.
En primer lugar, la concejal Cintia Mansilla (Unión por la Patria) destacó, al tomar la palabra, que “el Código establece un posicionamiento” de lo que se quiere “para la ciudad a mediano y largo plazo”, y recalcó el consenso obtenido.
“Este proceso comenzó el año pasado con la creación del Consejo de Ordenamiento Urbano Territorial y continuó a principios de 2025 con la sanción por unanimidad de la primera parte del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que definió las áreas de la ciudad y creó un programa de loteos ilegales, así como de la extensión de la trama urbana”, explicó Mansilla, que agradeció al secretario de Planeamiento Sergio Resa y todo su equipo.
Además, la concejal oficialismo resaltó las “modificaciones sustanciales” que se hicieron al proyecto enviado por el intendente Julio Alak “para lograr la aprobación”, algo que se lo adjudicó al “espíritu del Ejecutivo” de tratar que “los proyectos sean de consenso”.
El COU aprobado este martes forma parte del Plan de Ordenamiento Territorial, que tiene un total de cinco anexos y tiene el objetivo de “dotar al municipio de herramientas para tener una política de suelo, además de integrar lo social, ambiental y productivo y asegurar un acceso equitativo a servicios”, indicó Mansilla.
La presidenta de la Comisión de Planeamiento del Concejo Deliberante local mencionó las “inequidades en el acceso a la infraestructura” que existen en la actualidad y señaló que “incorpora criterios de protección climática y de riesgo hídrica”, al igual que “criterios de defensa patrimonial”.
También, agregó la edil, incorpora “instrumentos de gestión de suelos, un banco de inmuebles y actualiza instrumentos de control”, además de crear un fondo con base en lo recaudado sobre la inversión inmobiliaria para mejorar el acceso al hábitat.
Por su parte, el jefe del bloque Pro, Juan Manuel Martínez Garmendia, sostuvo que el proyecto aprobado “genera certidumbre” y aseguró que “era muy difícil no acompañarlo”, aunque consideró que el debate “no debe terminar acá” y que “los tiempos podrían haber sido otros”.
A continuación, el concejal radical Javier Mor Roig, que acompañó la iniciativa, cuestionó el proceso de la reforma por “no ser del todo adecuado”.
“Se elevó el proyecto al Consejo Urbano de Ordenamiento Territorial y al Concejo Deliberante al mismo tiempo”, recordó Mor Roig, y señaló que “se podrían haber escuchado muchas más voces”.
“Con la primera parte del Plan de Ordenamiento Territorial hubo más consenso pero no en la forma de aplicarlo, que es el COU”, lamentó el concejal, que mencionó, entre los cuestionamientos, “las preexistencias”.
“No es la época de Benoit que no había nada acá, por eso había que ver de qué manera aggiornarnos lo que está”, indicó el edil, y agregó que “muchas de las morfologías no fueron estudiadas adecuadamente y se tendrían que haber tenido más en cuenta las nuevas realidades”.
Entre lo que sí destacó, Mor Roig resaltó que se quitó la mayoría agravada para reformar el Código por una mayoría simple: “en este tipo de instrumentos hay que ser lo más flexible posible”.
Por último, el concejal radical recordó que “casi de la mitad de la población local no tiene cloacas y agua corriente” y pidió hacer hincapié “en el poder de policía del municipio, que hoy es casi inexistente”.
Del lado del oficialismo también habló Juan Manuel Granillo Fernández, que además de resaltar el consenso obtenido, sostuvo la necesidad de “ir a una ciudad compacta”.
“Este proceso se encamina a combatir la segregación y gentrificación, así como el proceso de respeto al sistema hídrico para proteger a nuestra población pero también al hábitat”, afirmó el concejal.
Finalmente, la concejal María Belén Muñoz argumentó que su postura negativa, a diferencia de lo que hizo su bloque, se basa “en razones estrictamente técnicas”.
“En este Código se están realizando modificaciones que alteran múltiples dimensiones y la realidad es que mi se me complica acompañarlo porque el tiempo que se le dio no fue el que merecía”.
“Hay criterios que demandan coherencia entre el Código de Ordenamiento Urbano viejo y nuevo y tienen que ver con las preexistencias”, explicó la concejal, y sostuvo que era necesario “un acople coherente”.
“Hizo falta mayor articulación. Mantengo un voto coherente en función de mis principios”, concluyó Muñoz.
La iniciativa, cuya primer versión había recibido algunas críticas de los integrantes del Consejo de Ordenamiento Urbano Territorial (COUT), divide el partido en Área Urbana y Área Complementaria:
- Área Urbana: es la zona donde la edificación está más permitida y regulada. Incluye el casco fundacional, el primer ensanche, los centros de City Bell, Villa Elisa, Los Hornos, Tolosa, San Carlos, entre otras localidades y los corredores principales (7, 13, 44, 520, Camino Belgrano, Centenario)
En tanto, no se permitirán edificios altos en Gorina, San Carlos profundo, Villa Elvira residencial, Ángel Etcheverry urbano y Los Hornos.
- Área Complementaria: corresponde al borde de la mancha urbana, donde la expansión será muy limitada. Está pensado como una zona de transición, donde deben preservarse espacios abiertos, baja densidad y actividades compatibles.
En esta última área estarán permitidas las actividades industriales de 1° y 2° categoría, corredores de servicios logísticos, viviendas de baja intensidad (parcelas grandes), clubes de campo y barrios cerrados aprobados previamente y “Lotes con Servicios” sólo si el sector forma parte de la macroárea urbana, y estará prohibido abrir nuevas calles que formen manzanas urbanas, desarrollar barrios cerrados nuevos (salvo excepciones patrimoniales), construir edificios multifamiliares y densificar sin planificación previa.
Finalmente, el Código define una restricción absoluta en el Complejo de Humedales Maldonado-El Pescado, que afecta especialmente sectores de Villa Garibaldi, Arana, Parque Sicardi, Poblet e Ignacio Correas. La restricción se inscribirá en el Registro de la Propiedad y será obligatoria.
A su vez, el Código de Ordenamiento habilitará proyectos de “Lotes con Servicios” únicamente dentro de sectores urbanos y bajo un régimen muy estricto: vivienda única, unifamiliar y permanente, visado municipal completo, cesiones obligatorias para espacios verdes, equipamiento y servicios y escritura por Escribanía General de Gobierno