Durante la última década, Domselaar experimentó un crecimiento sostenido en su perfil residencial. Pero ese avance no vino solo: la localidad logró mantener una fuerte impronta ambiental gracias a políticas de preservación del arbolado urbano y la consolidación de áreas verdes que hoy funcionan como amortiguadores naturales del progreso.
En paralelo al desarrollo de nuevos barrios cerrados, el entorno verde adquirió un rol fundamental para garantizar la calidad de vida de las familias que eligen instalarse en la zona.
El aumento y mantenimiento del arbolado público fue clave en el proceso.
Entre los avances más destacados aparecen:
Este trabajo permitió equilibrar el crecimiento urbano con la mejora del entorno, reforzando el carácter tranquilo y natural que define a Domselaar.
El corredor compuesto por los barrios cerrados Domselaar Chico, Los Tilos, Las Margaritas y Estancias Domselaar Chico convive con áreas naturales que funcionan como reservas verdes informales.
Estos espacios:
Gracias a estas reservas, la localidad mantiene un equilibrio entre desarrollo habitacional y conservación ambiental.
Vista aérea del Barrio cerrado Estancias de Domselaar Chico, con sus corredores verdes y áreas parquizadas que estructuran el arbolado público del sector. En primer plano se observa el barrio cerrado Domselaar Chico, donde las forestaciones urbanas recientes acompañan el crecimiento residencial.
El desarrollo de nuevos barrios cerrados en Domselaar vino acompañado de una planificación que prioriza el equilibrio ambiental.
El resultado es un modelo de crecimiento armónico, donde la expansión residencial no desplaza la identidad natural del lugar, sino que la integra y la potencia.
Con una combinación de inversión, planificación y preservación ambiental, Domselaar se consolida como uno de los entornos verdes mejor valorados del sur del conurbano.