Se suspendió el juicio oral derivado de la desaparición y muerte de Johana Ramallo tras un pedido de la representación de la madre de la joven y su continuidad recién se definirá luego de la feria judicial.

El pedido de suspensión fue realizado este viernes, en una audiencia realizada en los Tribunales Federales de La Plata. De acuerdo a lo que se informó, Marta Ramallo resolvió apartar a las abogadas Silvina Perugino y Valeria Moneta y designar como nuevos representantes a Ignacio Fernández Camillo y Andrés Noetzly.

No obstante, la mujer agradeció públicamente el trabajo realizado durante los últimos ocho años por Perugino, Moneta y también por Víctor Hortel, reconociendo que, con avances y retrocesos, lograron un hecho poco habitual en este tipo de causas: que el caso llegue a juicio oral con ocho personas imputadas, de las cuales cinco permanecen en prisión preventiva, dos cumplen arresto domiciliario y una se encuentra excarcelada.

Ante este escenario, los nuevos abogados solicitaron la suspensión del debate para poder estudiar en profundidad el expediente, que cuenta con 76 cuerpos y más de 15 mil fojas, además de revisar la totalidad de los registros audiovisuales de las declaraciones testimoniales ya producidas. Para esa tarea, anticiparon que utilizarán todo el mes de enero.

La próxima audiencia fue fijada para el viernes 6 de febrero de 2026, fecha en la que el tribunal deberá resolver cuáles serán los pasos a seguir y cómo continuará el juicio.

En el banquillo están Carlos "El Cabezón" Rodríguez, Hernán D'Uva Razzari, Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinoza Linares, Mirko Alejandro Galarza Senio, Celia Benítez, Celia Giménez y Paola Erika Barraza, imputados por trata de personas, explotación sexual, narcotráfico, encubrimiento agravado y falso testimonio.

Johana Ramallo fue vista por última vez el 26 de julio de 2017, en la esquina de 1 y 63, en la llamada Zona Roja platense, donde se presume que fue captada por una red de explotación sexual. Los restos parciales de su cuerpo fueron hallados en dos operativos distintos en la costa del Río de la Plata, en Berisso, y fueron identificados recién en 2019, dos años después de su desaparición.