

“Resulta complejo realizar balances a un año de la peor tragedia que haya vivido nuestra ciudad. Por la dimensión de la inundación, por las consecuencias fatales y materiales, por los intentos de encubrimiento y por las responsabilidades políticas pendientes de resolución. Principalmente las municipales y provinciales cargadas de mentiras, obras inconclusas, empresarios amigos millonarios y ausencia en las tareas de rescate inmediato”, reflexionó Amoretti.
“Pero también es momento de recordar las experiencias personales y colectivas durante las horas vividas el 2 y 3 de abril. A pesar de lo difícil y los intentos de negación, vale la pena recordar, lo malo y también la inmensidad de actos de solidaridad. La ayuda entre vecinos y desconocidos. Las organizaciones sociales que trabajaron en llegar a donde nadie, lamentablemente, llegaba”, dijo.
“En fin, La Plata No Olvida. No olvida la conciencia de un pueblo solidario y la necesidad de seguir organizándose para reclamar justicia y evitar consolidar la impunidad de los responsables”, concluyó Amoretti.