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Información General | 20 nov 2015

Festeja sus 50 años

La Cantoría Ars Nova presentará Carmina Burana en el Teatro Argentino

El jueves 26 de noviembre próximo, a las 21, en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, la Cantoría Ars Nova cerrará la temporada de festejo de sus 50 años de vida con la interpretación de Carmina Burana, cantata escénica de Carl Orff.


La entrada será libre y gratuita, por orden de llegada.

Con la dirección de Fernando Tomé, participarán además la Orquesta Sinfónica Municipal de Berisso (que conducen Andrea Mijailovsky y Mariela Ferenc), el Coro de Niños del Teatro Argentino (que encabeza Mónica Dagorret) y un grupo de coreutas, muchos de ellos ex integrantes de la Cantoría, que se sumarán para esta especial ocasión. Como solistas intervendrán Marisú Pavón (soprano), Esteban Manzano (tenor) y Sebastián Sorarrain (barítono).

Con sus 50 años de actividad artística ininterrumpida, la Cantoría Ars Nova es el coro independiente más antiguo de La Plata. Su existencia se debe a la iniciativa de dos jóvenes abogados, Jaime Bauzá y Raúl Carpinetti, quienes en 1965 decidieron ilustrar unas conferencias dadas por el primero sobre la música vocal anterior a Bach con interpretaciones de un pequeño grupo vocal dirigido por Carpinetti.

Así nació la Cantoría Ars Nova, que durante gran parte de su trayectoria fue dirigida por Carpinetti y que, a partir de fines de 1998, cuenta con la conducción de Fernando Tomé. La amistad y colaboración musical entre Bauzá y Carpinetti se tradujo en la realización de originales espectáculos con textos del primero y dirección musical del segundo. Muchos de ellos combinaron música y humor.

La Cantoría incursionó en la interpretación de diferentes géneros tales como el teatro musical (Historia de Daniel), la ópera de cámara (Dido y Eneas), la farsa musical (Edipo Rey y Cristóbal Colón), los conciertos temáticos basados en la música popular de distintos países y épocas (En el Viejo Sud, Fantasía en Negro y Canela, Vívere), los conciertos sinfónico-corales con obras pertenecientes a diferentes períodos musicales y autores y, por supuesto, el repertorio “a capella”.

Carmina Burana

Carmina Burana es una cantata escénica compuesta por Carl Orff entre 1935 y 1936 utilizando como texto algunos de los poemas medievales recopilados bajo el mismo título. La obra se estrenó en versión escénica el 8 de junio de 1937. Orff subtituló la composición: Canciones laicas para cantantes y coreutas para ser cantadas junto a instrumentos e imágenes mágicas.

El original Carmina Burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII que se han conservado en un único códice encontrado en 1803 en la abadía de Bura Sancti Benedicti, en Baviera. De la colección completa de 300 rimas, Orff escogió 25 canciones, la mayoría de ellas con versos en latín, aunque cuenta también con fragmentos en alto alemán medio y provenzal antiguo y las ordenó de modo que pudieran ser representadas en un escenario. En cuanto a la música, se amoldó a la sencillez de los textos. Aproximadamente la mitad de las piezas son canciones cuya melodía se repite en cada estrofa casi sin variantes, limitándose algunas veces a realizar simples escalas mayores o menores.

Los temas que tratan estos poemas ponen de manifiesto una actitud resueltamente hostil hacia la jerarquía eclesiástica, desde el Papa y los obispos, a la corte pontificia, el clero y el monacato. Sus autores, los goliardos, en ningún momento pretendieron cuestionar la fe y tampoco el dogma; incluso en los momentos de mayor irreverencia, su actitud no supone herejía ni escepticismo.

Se trata de mostrar su inconformismo con el abuso de poder, la corrupción o la política de la iglesia, frente a lo cual levantan su protesta apelando frecuentemente al humor y recurriendo a temas tales como el amor y el vino.
En la cantata, además de la orquesta y coros, intervienen solistas (soprano, tenor y barítono), destacándose su abundante y espléndida percusión.

El ritmo es el encargado de dar variedad al conjunto, impidiendo así cualquier monotonía. Esta riqueza rítmica es, tal vez, el signo distintivo de Carmina Burana de Orff. Hay en la obra una clara influencia de las obras Las bodas y Edipo Rey de Igor Stravinsky.

La obra de Orff consta de una introducción, tres partes y un final, con un total de veinticinco números. Su fragmento más conocido es el O Fortuna, que constituye la primera parte del preludio y que se repite al final de la obra.

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