

Para las autoridades del Museo, las “colecciones arqueológicas” compuestas de objetos saqueados y restos humanos son el capital de la institución. “El Museo de La Plata se resiste a la restitución de restos humanos porque considera que son patrimonio que están custodiando”, comentó Pepe.
Actualmente, hay varios pedidos de restitución en trámite, que según los integrantes de GUIAS son obstaculizados con “vericuetos burocráticos”. Hace un año y medio que un pedido de comunidades de Tierra del Fuego aprobado por el Museo espera la ratificación del Consejo Superior de la UNLP.
Uno de los reclamos proviene de la comunidad Yaganes, de Cabo de Hornos, Chile. El mismo se está tramitando desde 2008. “Ellos plantean que hay que certificar que las comunidades sean las únicas para que no aparezcan otros demandantes. Pero en realidad ponen trabas que hacen que por ejemplo que la restitución que hicimos de Inakayal y su familia nos lleve 9 años”, apuntó Pepe.
“Argentina ya accedió al pedido. La cancillería corroboró a través de su par chilena que la comunidad era real y se comunicó que estaba todo legalmente constituido en Chile. Está todo en orden en la comunidad para la restitución”, explicó el antropólogo.
En los últimos años hubo algunas restituciones, pero teniendo en cuenta la cantidad de cuerpos que hay en el Museo, el Colectivo GUIAS plantea la necesidad de una restitución masiva en la que sean enterrados todos los restos humanos en sus comunidades de pertenencia, en el marco de un pedido de perdón por parte del Estado argentino por el genocidio perpetrado.
“QUE SE DE VUELTA LA TORTILLA”
En septiembre de 2006, se aprobó el retiro de exhibición de todos los restos humanos de los Pueblos Originarios de América del Museo de La Plata. “Puertas adentro, ellos plantean que así como hoy se dan las restituciones, la tortilla se va a dar vuelta y van a volver a exponer en vitrina. Los están preservando para volver a exponer los cuerpos en un contexto más favorable a su postura”, acusó Pepe.
“Ellos plantean que esto es algo estratégico, entregan un poco para que las comunidades no vengan por todo”, añadió.
“Apuestan a que los gobiernos caigan, con ellos los pedidos, pero perduran en el tiempo. Hace 15 años que Silvia Ametrano es la directora del Museo, pasaron 4 gobiernos. Nosotros hemos aprendimos y constituimos una ONG que también perdura en el tiempo. Entonces les contamos a los nuevos funcionarios el seguimiento de los casos de pedidos de restitución”, aseguró el coordinador del grupo de antropólogos.
Inclusive, desde el colectivo GUIAS aseguran que las autoridades del Museo desplazan de sus cargos a los antropólogos que no se ajustan a la línea ideológica de la conducción y que se expresan a favor de las restituciones en el marco del reconocimiento del genocidio perpetrado sobre los pueblos originarios.
“Es la legitimación del genocidio roquista. El Museo tiene colecciones enteras de los pueblos originarios, miles de piezas de ajuares funerarios, por ejemplo tienen 11 mil piezas saqueadas de un cementerio de Catamarca”, aseguró Pepe.