

Según datos de la Secretaría de Agroindustria de la Nación, el consumo aparente de carne aviar promedio entre enero y junio de 2019 fue de 42,49 kilos por habitante por año, con un incremento interanual del 0,8 %, lo que se contrasta con la caída que sufre la demanda de carne vacuna. Desde el INTA advierten que esa cifra crece constantemente y que hoy se ubica entre los 43 y 46 kilos por persona por año.
Según los datos del primer trimestre de este año, que fueron elaborados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo fue de 49,6 kilos per cápita, registrando una caída interanual del 13,5% y transformándose en el más bajo de los últimos 50 años.
Desde el INTA señalaron que este fenómeno se da en partes por un cambio de hábitos y aseguraron que “las nuevas generaciones presentan preferencias y hábitos varían en línea con las tendencias mundiales de alimentación más variada, saludable y sustentable”.
La especialista en avicultura y directora del INTA Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Claudia Gallinger, aseguró que “en los últimos tiempos, hubo una importante desmitificación de la carne de pollo, motivo por el cual, pasó a ser considerada por los consumidores como un alimento saludable, incluso más digestible que las carnes rojas”.
De todos modos, reconoció que “la carne de pollo siempre resulta una alternativa a la vacuna en cuestión de precios, en especial en contextos de crisis económica” y advirtió que “se ofrece en el mercado con una gran diversidad, lo que atrae a los consumidores y aumenta el consumo”.
Por su parte, el especialista en ganadería del INTA Aníbal Pordomingo señaló: “La ganadería tiene que asumir que la carne bovina juega un partido muy equilibrado en el mercado interno con las otras carnes, como nunca había sido” y subrayó: “Por primera vez en la historia, el consumo de carne aviar casi equipara a la bovina, como así también el consumo de carne de cerdo está sustituyendo a la vacuna”.
En esta línea, Pordomingo completó: “A pesar de la coyuntura económica de nuestro país y las nuevas tendencias alimenticias, no se modificó el consumo total de carne por habitante por año, sólo que, ahora, la canasta es más amplia”.