

Chacra Experimental-11 AM:
Es fin de semana. Llueve copiosamente. El agua tan esperada desde hacía meses para nutrir los cultivos de soja y de maíz se desliza raudamente sobre los tejados del antiguo edificio. El viento sopla del noroeste moviendo los colosales eucaliptus que rodean la casona de la Chacra, que fue la estancia Santa María de Bellocq.
En su oficina, a través de una ventana de madera con rejas negras, la ingeniera agrónoma Carolina Estelrrich contempla el trayecto del agua que cae apresuradamente por las canaletas de chapas del viejo alero. Casi al unísono, las amarillentas pasturas, hostigadas por el déficit hídrico que afectó a la zona desde noviembre pasado, cobran vida paulatinamente.
La historia de la Chacra se retrotrae a 1881, cuando Juan Bellocq, un terrateniente vasco francés que llegó a tener 60 mil hectáreas de campo en la zona de Tres Arroyos, Pehuajó y Tandil, compró la estancia San María en Carlos Casares, con una superficie de 14417 hectáreas.
En 1912, a unos 10 kilómetros del casco de la estancia, se erigió el poblado de Bellocq, en honor al vasco francés que había donado las tierras para el levantamiento del paraje.
Luego de la muerte del estanciero en 1905 en Francia, las tierras fueron heredadas por su esposa María Larramendy. Finalmente, la estancia pasó a la administración de los hijos.
La crisis económica de 1930 y los malos manejos familiares terminó con el sueño de Juan Bellocq. Las tierras fueron hipotecadas y finalmente vendidas en remate al Banco Provincia en 1936. Meses más tarde, la estancia fue transferida al recientemente creado Instituto Autárquico de Colonización, el que loteó las tierras y las entregó a colonos agricultores.
Han pasado varias décadas de la formación de las Chacras Experimentales: por qué siguen siendo importantes?
En la provincia de Buenos Aires existen 14 Estaciones Experimentales, todas dependientes del ministerio de Agroindustria. Cada una, en función de las actividades productivas que predominen en la región donde están instaladas, han generado información para abordar la problemática de sus productores. Las Chacras tienen la ventaja de poder evaluar tecnologías de manejo o de insumos a la misma escala que un productor rural.
Cada Chacra tiene su dinámica particular respecto de la vinculación con el medio. En Bellocq, por ejemplo, desde hace casi dos años trabajamos fuerte para llegar más cerca a los productores, y eso viene dando sus frutos, dado que las jornadas que hemos realizado han tenido gran número de asistentes. Además, nos vinculamos con instituciones como el INTA, CREA, y empresas locales.
¿Cómo se mantiene la chacra? ¿Qué cantidad de personal tienen? ¿Reciben visitas guiadas?
Esta Chacra posee gran cantidad de edificaciones, entre galpones, casas, gabinetes y oficinas, que se encuentran en regular estado. En este sentido, junto a la Asociación Cooperadora hemos decidido iniciar un proceso de refacción y de mantenimiento de las distintas estructuras.
El personal está compuesto por siete empleados: 3, que son personal de campo, bajo la modalidad de planta permanente del Ministerio; 2 personas, para la administración y jefatura de la chacra, que son contratados; y otros dos individuos, para cuidar el parque y la tarea de peón rural, que son empleados de la Cooperadora de la Chacra Experimental.
Tenemos gran compromiso con la educación y la formación de los futuros profesionales del agro. En este sentido, hemos recibido a pasantes de la Facultad de Agronomía de La Plata, a estudiantes de Tecnicatura en Producción Agrícola-Ganadera de la ciudad de Pehuajó, a alumnos de la Escuela Secundaria N° 2 de Bellocq, y a distintas visitas de Centros Educativos para la Producción Total (CEPT).
(Ndr: La Chacra Experimental Santa María de Bellocq fue la primera creada mediante la ley 4417, sancionada por la Legislatura bonaerense en 1936. En esa norma provincial, se estableció la creación de tres Estaciones Experimentales para servir a las necesidades de la agricultura de las zonas del sudeste, del norte y del oeste de la Provincia. Entre los objetivos, se propuso que debían realizar estudios para mejorar la producción vegetal; propender a la introducción de nuevos cultivos de importancia económica; multiplicar las semillas selectas de las principales plantas cultivadas, para ser distribuidas entre los agricultores; y la organización de ensayos comparativos).
El sostén de la Chacra
La expansión de las chacras en la Provincia estuvo asociada a la creación de colonias agrícolas. Esta relación chacras-colonias se dio en tres períodos de la historia del siglo XX. En el gobierno conservador de Manuel Fresco (1936-1940), en el gobierno peronista de Domingo Mercante (1946-1952) y en el gobierno radical de Oscar Alende (1958-1962).
El Instituto Autárquico de la Colonización de la Provincia, con domicilio legal en La Plata, fue creado en 1936 mediante la ley 4418. La normativa estableció que las funciones serían la colonización, arrendamiento, administración y venta de las tierras que adquiera el Estado de los bancos u otras instituciones públicas o privadas, o de los particulares. Las tierras podrían ser adquiridas en remate, licitación pública o compraventa privada.
El entonces gobernador bonaerense Manuel Fresco ofreció los lotes a los que los solicitaron, y se los concedió con la promesa de una venta futura. Los requisitos principales para acceder a la propiedad eran ser un agricultor; tener un capital que permitiera la explotación integral de la superficie; y tener constituida una familia para llevar adelante el trabajo rural.
El 22 de agosto de 1937, en las tierras que habían pertenecido a la estancia Santa María, se inauguró la actual Chacra de Bellocq, bajo el nombre de Estación Experimental de Forrajicultura. En el viejo casco de la propiedad, se construyeron oficinas y el laboratorio.
Esa elucubración original que tuvieron los funcionarios provinciales respecto a la producción integral y regular de las parcelas, es la que aún permanece como criterio rector de la administración rural de la Chacra, según confiesa Carolina Estelrrich, que se hizo cargo de la misma hace dos años.
¿Cómo se sostiene la estación experimental?
Los socios, que son casi 100, pagan una cuota anual de $300. Los asesoramos en cuestiones técnicas, realizamos capacitaciones y charlas para que los productores accedan a disertaciones de profesionales especializados en determinadas temáticas. Además, tenemos una clasificadora de granos, y ofrecemos el servicio a un costo menor para los socios.
(Ndr: El ministerio de Agroindustria tiene 14 chacras en la Provincia. Además, de la de Bellocq ubicada en el partido de Carlos Casares, también están la de Bahía Blanca, Mercedes, Carmen de Patagones, General Belgrano, Rauch, Olavarría, General Alvarado, Villarino, La Plata, Coronel Suarez y Adolfo Alsina. “Trabajamos para que nuestras chacras sean espacios donde el productor y el ciudadano común puedan obtener información útil, real, simple, precisa, general, zonal y local, y para que puedan nutrirse de nuevas metodologías de trabajo”, explicó el ministro Leonardo Sarquís, en una entrevista periodística hace pocos días).
Ustedes disponen de 68 hectáreas dedicadas a la agricultura: ¿qué cultivos trabajan y cuál es el destino del dinero proveniente de la venta?
Tenemos los siguientes módulos de producción: 1: Agricultura, con una rotación trigo-soja-vicia-maíz-centeno-soja, 2: Cria bovina, con aproximadamente 160 madres, 3: Recria de ternemos con el sistema pastoril, y con suplementación y
4:Terminacion a corral.
Estos módulos son nuestro sustento económico. A través de la Asociación Cooperadora, los recursos obtenidos de la producción son reinvertidos en la Chacra. Este año, los destinaremos a la refacción de la estructura.
Afuera, la lluvia no cesa. En su notebook, Carolina mira el pronóstico extendido del clima. El silencio es la única presencia indiscutible del lugar. Sólo es interrumpido por el ruido de una camioneta que segundos más tarde pasa por el camino principal, rumbo a Bellocq: “Ese es un productor de la zona que va al pueblo a buscar insumos”, aclara Carolina, mientras vuelve su mirada a la computadora. Hoy, como hace 80 años, la historia de la Chacra está ligada a las vicisitudes de Bellocq, una localidad agrícola-ganadera de unos 200 habitantes, que lucha por crear fuentes de trabajo genuina para que sus jóvenes no abandonen el terruño que los vio nacer.