martes 13 de mayo de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 29 abr

Son restos de 140 personas de corta edad

National Geographic dice haber descubierto "el sacrificio masivo de niños más grande del mundo"

Durante un evento único acontecido en Perú (aseguran que en un ritual) hace más de 500 años, más de 140 niños fueron sacrificados. Los investigadores indagan sobre cuál podría haber sido el motivo. Lo informó el jueves la National Geographic. Mirá las imágenes (gentileza de NATIONAL GEOGRAPHIC).


Evidencias del más grande sacrificio masivo de niños de América – y probablemente de la historia mundial -, ha sido descubierto en la costa norte de Perú, según informaron arqueólogos de National Geographic.

Más de 140 niños y 200 llamas jóvenes parecen haber sido sacrificados en el marco de un ritual, en un evento que ocurrió hace unos 550 años en un acantilado azotado por el viento, con vista al océano Pacífico, a la sombra de lo que en ese entonces era la capital en crecimiento del Imperio Chimú.

Las investigaciones científicas del equipo interdisciplinario internacional liderado por el explorador peruano de National GeographicGabriel Prieto, de la Universidad Nacional de Trujillo, y John Verano, de la Tulane University (Universidad Tulane), se encuentran en curso. El trabajo está financiado por la National Geographic Society.

Aunque se han registrado incidentes de sacrificios humanos entre los aztecas, los mayas, y los incas en las crónicas españolas de la era colonial y se han documentado en excavaciones científicas modernas, el descubrimiento de un evento de sacrificios de niños a gran escala en la poco conocida civilización precolombina Chimú es un hallazgo sin precedentes en América, sino en todo el mundo.

Un saldo sorprendente y un final trágico

El lugar de los sacrificios, conocido formalmente como Huanchaquito-Las Llamas, se encuentra ubicado en un acantilado bajo, a poco más de 300 metros sobre el nivel del mar, en medio de un complejo de viviendas residenciales en expansión, en el distrito de Huanchaco, al norte de Perú. A menos de un kilómetro al este del lugar, se encuentra el sitio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, Chan Chan, el antiguo centro administrativo chimú, y más allá de sus paredes, la capital provincial moderna de Trujillo.

En su pico, el Imperio Chimú controlaba un territorio de aproximadamente mil kilómetros de largo que se extendía por la costa del Pacífico y los valles interiores desde la frontera moderna entre Perú y Ecuador hasta Lima.

Solamente los incas comandaron un imperio más grande que el Chimú en la Sudamérica precolombina, y las fuerzas superiores de los primeros le pusieron al segundo grupo, alrededor del año 1475 d. C.

Huanchaquito-Las Llamas (que los investigadores generalmente llaman “Las Llamas”) llegó por primera vez a los titulares en 2011, cuando se encontraron los restos de 42 niños y 76 llamas durante una excavación de emergencia dirigida por el coautor del estudio, Prieto. Arqueólogo y nativo de Huanchaco, este explorador estaba excavando un templo de 3500 años de antigüedad, en la ruta que lleva al lugar del sacrificio, cuando los residentes locales lo alertaron, por primera vez, de la presencia de restos humanos que se erosionaban en las dunas costeras cercanas.

Para cuando finalizaron las excavaciones en Las Llamas en 2016, se habían descubierto en el sitio más de 140 restos de niños y 200 llamas jóvenes. Por medio de datación con radiocarbono, se determinó que las sogas y los productos textiles que se encontraron en las tumbas se remontaban a una época que podría estar entre el 1400 y el 1450.

Los restos esqueléticos de los niños y los animales muestran evidencias de cortes en el esternón, así como también dislocaciones de las costillas, lo que sugiere que el pecho de las víctimas se abrió y se separó, quizás para facilitar la extracción del corazón.

Los restos de tres adultos -un hombre y dos mujeres -, se encontraron cerca de los niños y los animales. Los signos de traumatismo posiblemente realizados con un objeto romo en la cabeza y la falta de objetos en las tumbas de los cuerpos adultos, han llevado a los investigadores a sospechar que podrían haber tenido un rol en el evento de los sacrificios y se les dio muerte poco después.

Los 140 niños sacrificados tenían edades que iban desde los 5 hasta los 14 años; y la mayoría tenía entre 8 y 12 años. En mayor medida, fueron sepultados mirando hacia el oeste, hacia el mar. Las llamas tenían menos de 18 meses de edad y por lo general se enterraron mirando hacia el este, hacia los altos picos de los Andes.

Huellas esparcidas congeladas en el tiempo

Los investigadores creen que todas las víctimas -seres humanos y animales – fueron sacrificadas en el marco de un ritual, en un único evento, según la evidencia obtenida de una capa de lodo seco encontrada en la zona oriental, menos revuelta, de casi 700 metros cuadrados. Ellos creen que la capa de lodo alguna vez cubrió toda la duna arenosa donde el ritual tuvo lugar, y se revolvió durante la preparación de las fosas de entierro y el acto de sacrificio subsiguiente.

Los arqueólogos descubrieron huellas de sandalias de adultos, perros, niños descalzos y llamas jóvenes preservadas en la capa de lodo, con marcas profundas de frenadas que ilustran dónde se las puede haber obligado a enfrentas su fin.

Un análisis de sus huellas también puede permitir a los arqueólogos reconstruir la procesión ritual. Aparentemente, se guió a un grupo de niños y llamas al sitio, desde los extremos norte y sur del acantilado, reuniéndolos en el centro del lugar, donde se los habría sacrificado y enterrado. Los cuerpos de algunos niños y animales simplemente se dejaron en el lodo húmedo.

¿Un evento sin precedentes?

Si la conclusión de los arqueólogos es correcta, Huanchaquito-Las Llamas puede constituir evidencia científica convincente del mayor evento de sacrificio masivo de niños conocido en la historia mundial.

Hasta ahora, el más grande del cual se cuenta con evidencia es el sacrificio y entierro de forma ritual de 42 niños en el Templo Mayor en la capital azteca de Tenochtitlán (actualmente, Ciudad de México).

El descubrimiento de niños víctimas de sacrificio individuales, obtenido de los rituales incas en la cima de la montaña, también ha captado la atención mundial.

Fuera de América, los arqueólogos en sitios como la antigua ciudad fenicia de Cartago debaten si los restos de niños allí encontrados constituyen un sacrificio de forma ritual y, de ser así, si dichos actos rituales tuvieron lugar a lo largo de décadas o incluso siglos.

Verano hace énfasis en que, sin embargo, es extremadamente difícil encontrar en contextos arqueológicos tal evidencia contundente de actos de sacrificio masivo deliberado y único, como aquellos evidenciados en Las Llamas.

El análisis de los restos de Las Llamas muestra que se sacrificaron niños y llamas con cortes transversales congruentes y eficientes a lo largo del esternón. La falta de cortes vacilantes (“inicio erróneo”) indica que fueron realizados por una o más manos entrenadas.

“Se trata de un sacrificio en forma de ritual, y es muy sistemático”, asegura Verano.

El sacrificio humano se ha practicado en casi todos los rincones del mundo en varias épocas, y los científicos creen que el ritual puede haber tenido un rol importante en el desarrollo de sociedades complejas, a través de la estratificación social y el control de población por parte de las clases sociales de élite.

Sin embargo, la mayoría de los modelos sociales que practican el sacrificio humano, se basan en el sacrificio de forma ritual de adultos, apunta Joseph Watts, un investigador postdoctoral de la University of Oxford (Universidad de Oxford) y del Max Planck Institute for the Science of Human History (Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia de la Humanidad).

“Creo que es claramente más difícil explicar el sacrificio de niños”, reconoce… “También a nivel personal”, agrega después de una pausa.

Negociación con fuerzas sobrenaturales

El sacrificio masivo de solamente niños y llamas jóvenes que ocurrió en Las Llamas, sin embargo, parece ser un fenómeno que antes era desconocido en los registros arqueológicos, y que inmediatamente hace que se formule la siguiente pregunta: ¿Qué podría motivar a los chimú a cometer un acto semejante?

Prieto admite que esta es generalmente la primera pregunta con la que se encuentra cuando comparte su investigación realizada en Las Llamas con colegas científicos y con la comunidad local.

“Cuando la gente escucha lo que ocurrió y su magnitud, lo primero que siempre me preguntan es el por qué”, admite.

La capa de lodo que se encontró durante las excavaciones puede proporcionar una pista, dicen los investigadores, quienes sugieren que fue el resultado de lluvias e inundaciones intensas en la línea costera, generalmente árida, y probablemente asociadas a un evento climático relacionado con El Niño.

Las temperaturas marinas elevadas características de El Niño, probablemente alteraron la pesca marina en el área, mientras que las inundaciones costeras podrían haber desbordado la extensa infraestructura de canales de agricultura de los chimú. Estos, sucumbieron a los incas sólo décadas después de los sacrificios en Las Llamas.

Haagen Klaus, un profesor de antropología en la George Mason University (Universidad George Mason), ha excavado algunas de las primeras evidencias de sacrificios infantiles en la región, de los siglos X a XII en el sitio de Cerro Cerillos en el Valle de Lambayeque, al norte de Huanchaco. El bioarqueólogo, quien es miembro del proyecto Las Llamas, sugiere que las sociedades a lo largo de la costa del norte de Perú pueden haber recurrido al sacrificio de los niños cuando el de adultos no fue suficiente para ahuyentar las molestias repetidas causadas por El Niño.

“La gente sacrifica aquello que considera más preciado”, explica. Y añade: “Es posible que hayan visto que [el sacrificio de adultos] no era eficaz. Seguía lloviendo. Quizás era necesario pensar en un nuevo tipo de víctima para los sacrificios”.

Gentileza de www.nationalgeographicla.com

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