

¿Cuál es la importancia de la escuela, la única con contenidos agropecuarios ubicada en la capital provincial? La historia de la Escuela de Enseñanza Secundaria Agropecuaria N°1 Alejandro Korn, que a continuación abordaremos con el entrevistado, comenzó un 20 de marzo de 1980, en Estancia Chica, el predio que el Club Gimnasia y Esgrima La Plata tiene en la localidad de Abasto.
Hace 38 años, con una matrícula de 16 alumnos y jalonada por una superficie de apenas siete hectáreas, la Escuela, única en el Partido de La Plata por sus características, desafió todos los presagios desalentadores y se forjó como un emblema educativo, gracias al denodado esfuerzo de los directivos, los alumnos y los padres.
En la actualidad, con una concurrencia de casi 500 estudiantes, es el destino elegido por aquellos jóvenes locales y extranjeros apasionados por las tareas rurales, que buscan alzarse con un título de Técnico Agrónomo, con gran salida laboral.
“Las actividades que tenemos, entre otras, son la producción de huevos y animales para la faena como conejos, pollos parrilleros y cerdos. Además, elaboramos miel y jalea real. También se producen escabeches y dulces. Hemos desarrollado una producción importante de verduras que se venden al público. Antes, las mismas se usaban en el comedor de la escuela, dado que es de doble escolaridad”, detalló Exequiel Segovia (18), estudiante de sexto año del establecimiento en diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO.
Ubicada en el kilómetro 49,5 de la Ruta Provincial 36, y comunicada con tres líneas de colectivos – Línea Oeste, 324 y 273 – la Escuela Secundaria de Enseñanza Agropecuaria cuenta actualmente con una matrícula de 466 alumnos: “La mayoría de las veces, la matrícula baja en junio o julio porque los chicos se cambian porque no les gusta la escuela, o bien porque son muchas horas de estudio y no están acostumbrados”, aclara Segovia, que nació en Magdalena y vive en La Plata desde el 2004.
(Ndr: De acuerdo con la resolución ministerial de 1979, el egresado de la Escuela en los primeros tiempos sólo obtenía el título de Práctico en Floricultura y Jardinería).
¿Cuál es la realidad de la Escuela Agropecuaria?
Tenemos una realidad difícil como la mayoría de las escuelas de la ciudad. Nos falta mobiliario y salones, entre otros aspectos importantes.
El decreto 2077/18, que municipalizó el Servicio Alimentario Escolar (SAE), complicó aún más la situación porque no podemos consumir lo que producimos en la escuela; sean verduras, dulces o animales. Es decir, toda la comida nos la manda la municipalidad, y no es mucha.
Las compañeras Diana Gómez y Lucia Lanfranchi, que son las vocales que nos representan en el Centro de Estudiantes, están buscando la forma de conseguir una reunión con todos los concejales para volver a entrar en el listado.
¿Qué actividades y qué materias relevantes cursan?
Todos los años cambian las materias. De primero a tercero, que es el ciclo básico, se cursan materias que nos demandan más horas de estudio que de práctica en el campo. En cambio, de cuarto a sexto se incrementan tanto las asignaturas inherentes al trabajo rural como la exigencia de las cursadas. En séptimo, el último año, están las materias estrictamente de campo.
¿De dónde son los alumnos que estudian allí?
Son de La Plata, El Pato y Florencio Varela, entre otras localidades. Cada vez más se inscriben chicos de City Bell o de Villa Elisa, lo cual es un buen síntoma dado que se diversifica la demanda. Obviamente, hay estudiantes extranjeros que son los hijos de los productores del llamado cordón frutihortícola del Gran La Plata.
Sólo la organización vence al tiempo
El sueño del establecimiento propio de la Escuela Secundaria comenzó a erigirse en 1987, momento en el cual se logró adquirir el campo de 22 hectáreas, donde funciona actualmente. Dos años más tarde se abandonó definitivamente el predio de Estancia Chica, y en 1990 se inauguró parte del presente edificio.
“En la actualidad, disponemos de dos tractores – un Deutz y un John Deere-, una sembradora, arados, una desmalezadora, una máquina para llenar el silo y otra para elaborar alimentos. Para las faenas, tenemos una peladora”, aclara Segovia, que en apenas unos meses más obtendrá el título intermedio de Bachiller Agrónomo.
Las orientaciones con las que egresan, ¿tienen salida laboral?
Sí, bastante. La mayoría de los chicos que se encuentran en el último año realizan pasantías en viveros, que luego los terminan contratando, o bien muchos encuentran trabajo en el INTA o el SENASA.
(Ndr: Según el diseño curricular, los estudiantes cursan materias como huerta, vivero, biología, construcción de ciudadanía, ganadería, granja, mecánica agrícola, forrajes, historia, ciencias de la Tierra, entre otras).
Segovia, que además integra la Fundación Soñar Argentina que dirige el abogado platense Marcelo Leyría, recalca que en el sexto año de estudios se alcanza el título intermedio de Bachiller Agropecuario: “Al finalizar el séptimo año de estudio, uno egresa como Técnico Agrónomo en Producción Animal o en Producción Vegetal. Pero un año antes, está el Bachillerato”.
¿Cómo se compone el centro de estudiantes de la Escuela?
El centro de estudiantes tiene un presidente, un vicepresidente, un secretario, un tesorero, un secretario general, y 5 vocales, de los cuales 3 corresponden a la mayoría (Lista 2 La Cámpora) y 2 por la minoría (Lista Podemos).
Yo opino que no hay un centro de estudiantes presente. Me gustaría que se discuta más, que sea una constante, que se elabore un plan de lucha contra la situación actual, tanto de la escuela como del país, la provincia y la ciudad.
Con 18 años, Segovia se levanta todos los días a las 5:30 de la mañana. Luego de concretar dos combinaciones en el transporte público de colectivos, llega a la Escuela a las 7:30. Dependiendo el día, emprende su regreso a las 15 ó a las 17 horas, luego de haber compartido una jornada de doble escolaridad con más de 400 estudiantes.
Avezado en el manejo de las maquinarias agrícolas, y confiando en que sólo la organización y la unión de los estudiantes podrán mejorar las condiciones edilicias de la Escuela, sostiene: “En diciembre se pintaron algunos salones y se arregló una vereda. Pero hay muchos elementos para reparar. Hay salones que tienen todo el piso destruido. Debemos emprender un cambio real en donde directivos, alumnos y el centro de estudiantes desarrollemos una fuerza centrípeta que alcance los objetivos fijados de una mejor institución”.