miércoles 7 de mayo de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 22 dic

El caso Reina Maraz

Otorgaron la libertad a la mujer quechua que estuvo 4 años presa sin poder declarar por no hablar español

El TOC 1 de Quilmes ordenó hoy la libertad de Reina Maraz Bejarano, una mujer boliviana, quechua parlante, enjuiciada por asesinar a su marido en Florencio Vaerla y condenada a reclusión perpetua en 2014. Reina estuvo durante cuatro años sin poder declarar porque no hablaba español y la justicia no le brindó un traductor. Gracias a un intenso trabajo de la CPM que la encontró durante una visita de monitoreo rutinaria en la unidad penitenciaria 33 de Los Hornos ahora pudo recobrar su libertad.


El tribunal decidió otorgarle el beneficio de la excarcelación mientras espera la decisión de la sala VI del Tribunal de Casación Penal, que debe resolver un pedido de cambio de carátula presentado por el defensor oficial que de prosperar podría modificar la situación de Reina y dejarla efectivamente en libertad. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) celebró la libertad de Reina y espera que Casación se expida con celeridad.

La mujer fue detenida en noviembre de 2010, acusada provisoriamente de homicidio agravado, homicidio criminis causa; homicidio agravado por el concurso de dos o más personas. El caso de Reina se hizo visible un año después del estar un año presa cuando la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) tomó conocimiento de su situación durante una visita de monitoreo rutinaria que realizó en la unidad penitenciaria 33 de Los Hornos, cercana a La Plata.

Sin embargo, recién en octubre de 2014, luego de estar casi cuatro años presa, contó por primera vez ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Quilmes la violencia doméstica y sexual que sufría por parte de su marido, Limber Santos, que incluso llegó a entregarla a un vecino para que abuse de ella como parte de pago de una deuda.

“Fue un camino largo que, entre otras cuestiones, logró que la Suprema Corte le asigne una intérprete de lenguas originarias para que ella pudiera comunicarse con mayor fluidez y comprender con claridad el proceso judicial al que debía someterse”, relató Andar, la agencia de comunicación de la CPM,

A su vez, la CPM realizó una veeduría del proceso judicial, el registro audiovisual de todo el juicio y se promovió el caso y la voz de Reina para que sea escuchada, garantizando la mayor amplitud probatoria que permitiera impartir justicia.

En 2014 Reina fue sentenciada a cadena perpetua por el Tribunal Oral Nro. 1 de Quilmes, que la encontró culpable del asesinato de su marido Límber Santos, ocurrido en noviembre de 2010.

Durante las audiencias judiciales en 2014 estuvieron presentes el presidente de la CPM, Adolfo Pérez Esquivel, el en ese momento vicepresidente, Aldo Etchegoyen (hoy fallecido) y representantes de la embajada boliviana y otras organizaciones que desarrollan su trabajo en el campo de los derechos de migrantes y pueblos originarios y de género, que han acompañado el trabajo realizado por la CPM desde los inicios.

Para la CPM el caso Reina Maraz “ha visibilizado la situación de extrema vulnerabilidad en tanto víctima de las múltiples violencias que promueve y sostiene el sistema judicial. Reina es mujer, pobre, migrante, indígena, y víctima de situaciones de violencia género, algo que la justicia en primera instancia no quiso ver ni oir. Si lo hubiera hecho Reina no habría padecido todos los sufrimientos de los que fue víctima durante estos seis años”.

“Desde la CPM celebramos su libertad esperando que pronto Casación se expida en un sentido favorable para que puedan comenzar a repararse los daños producidos por una condena injusta, arbitraria y discriminadora del mismo tribunal que hoy la libera”, destacó el organismo bonaerense.

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