Juan Jeremías Bindi, de PURACIUDAD

La edición del domingo del superclásico del fútbol argentino sirvió para que se estableciera un nuevo record: los trapitos cobraron hasta $500 para estacionar en el barrio porteño de Núñez en la previa del River vs Boca.

Luego de realizar un relevamiento por la zona, Javier Miglino titular de la ONG Defendamos Buenos Aires, explicó que “no hubo rincón de Nuñez y Belgrano que no haya sido copado desde las 11 de la mañana del domingo por la mafia de los trapitos que a esa hora cobraba 100 Pesos. Se ubicaron desde las Barrancas de Belgrano, a 25 cuadras del Monumental hasta Belgrano Chico, Belgrano Nuevo, Belgrano Arte y Nuñez. Es decir casi 60 manzanas”.

“Como cada vez que ocurre con un River – Boca, unos 20 mil autos llegaron hasta el barrio. Sobre las 13 horas las 30 playas de estacionamiento en la zona se completaron con unos 10 mil autos (ver foto) y a partir de ahí los trapitos tuvieron el camino libre con los otros 10 mil autos que deben estacionar en la vía pública. A partir de ahí exigieron 300 Pesos, luego a las 15 horas 400 Pesos y en la última hora previa al partido el nuevo récord: 500 Pesos por estacionar. Unos 33 dólares estadounidenses al cambio actual. Una estadía que ni siquiera cobra una playa de estacionamiento en Broadway en Nueva York” aseguró Miglino.

Si bien la tarifa ilegal inicial, comenzó en $100 a las 11 de la mañana, fue subiendo durante las horas de la tarde. Estableciendo “un promedio da 300 Pesos que multiplicados por los 10.000 autos que debieron abonar a la mafia, llegamos al escalofriante monto de tres millones de Pesos con lo que el día de hoy se constituyó en una nueva e histórica gloria para los impunes trapitos” contó el titular de la ONG.

Durante el domingo se observaron cerca de 450 coches estacionados sólo sobre las veredas de las calles Manuel Ugarte, Roosevelt, Once de Septiembre, Tres de Febrero, Arribeños y Montañeses.

Miglino denunció que “la Policía Federal dejó estacionados numerosos patrulleros e incluso motos pero sin policías a bordo, como creyendo que la presencia de los móviles iba a amedrentar a los violentos, algo que sin embargo resultó inocuo para la situación”.