Integrantes de la Videoteca Aquilea mantuvieron una reunión este mediodía en el Pasaje Dardo Rocha con funcionarios de la Municipalidad de La Plata a raíz del intento de desalojo que sufrieron la semana pasada.

Sobre esta situación, Marco Catullo, miembro del espacio, en diálogo con Radio Provincia expresó : “En el encuentro que mantuvimos con un representante del Secretario de Cultura y con el Director del Centros Islas Malvinas, Mariano Olmedo, nos dijeron que vamos a conservar el espacio y que la decisión de desalojo fue tomada por una persona que no tenía autorización”.

En esa línea, agregó: “También sostuvieron que van a colaborar a acondicionar el lugar, ya que el espacio es semiabierto y no tiene las mejores condiciones para tener un archivo de películas. Quedamos la semana que viene en juntarnos con Silva y con Olmedo para ver como encaramos eso”.

Por último, concluyó: “Queremos que la videoteca sea considerada formalmente patrimonio cultural de la ciudad y el Municipio se comprometió a ayudarnos a lograr ese reconocimiento".

Compartimos con nuestros lectores fragmentos de la carta enviada por Marco Catullo a nuestra redacción en donde cuenta la historia del lugar

La Videoteca Aquilea del Centro Cultural Islas Malvinas de La Plata abrió sus puertas gracias a la generosa invitación que Loli Becerra nos hizo en Agosto de 1998. El hecho coincidió con la propia inauguración del Centro Cultural.

Recuerdo que Edgardo Cozarinsky, invitado para la ocasión, se sorprendió por la gran cantidad y calidad de películas en formato VHS que tímidamente habíamos empezado a exhibir a un costado del bar del Malvinas, provenientes de la infructuosa experiencia del videoclub de películas clásicas que habíamos abierto en 1993 y que solo pudo sobrevivir un año y medio en tiempos poco propicios para la cultura.

El espacio fue ampliando su oferta de películas gracias a que gran parte de lo que entraba por concepto de alquiler se dedicaba a la búsqueda y adquisición de nuevos títulos, con largos y farragosos viajes a Buenos Aires. Nunca dio dinero como para vivir de ella, solo para compensar el tiempo dedicado a su atención. Su interés principal no era ese sino brindar la mejor cantidad posible de películas de calidad, mucha veces difíciles de conseguir.

Podemos sentirnos orgullosos del hecho de que la Videoteca, única en su género en La Plata, y prácticamente única en todo el país, contribuyó a dar a conocer una infinidad de películas que quedaban fuera del circuito de los videoclubes comerciales, y les brindó material de aprendizaje a muchos estudiantes de cine.