En más de 50 países – entre ellos el nuestro – se celebra hoy el Día del Padre, una costumbre relativamente reciente que se repite el tercer domingo de junio desde que se cobra el aguinaldo en dos mitades, primero en este mes y luego en diciembre.

Aunque el Día de la Madre se celebra en nuestro país desde 1923, el del padre recién se instituyó en 1958, aunque ese año no se utilizó el mes de junio, sino el domingo 24 de agosto en memoria del padre de la Patria, José de San Martín, que fue papá de Merceditas en esa fecha.

En 1953 la profesora Lucía Zuloaga de García Sada presentó ante la Dirección General de Escuelas de Mendoza la iniciativa de declarar el 24 de agosto como Día del Padre.

Entonces, la Liga de Padres de Familia, en apoyo a Zuloaga, pidió que quedara firme ese día del calendario: “Cábele al padre, jefe indiscutido del hogar, generador de la vida en íntima unión con su esposa, marcar orientaciones, sostener, educar y ser guía y mentor del grupo familiar”, dijeron.

Tres años después, en 1956, esa entidad logró que el Consejo de Educación de la Nación incluyera la celebración en el calendario escolar nacional del 24 de agosto como Día del Padre “por razones patrióticas”, a partir de 1957.

Pero ese año los funcionarios del Consejo olvidaron incorporarlo al calendario, por lo que recién el domingo 24 de agosto de 1958 se celebró por primera vez en Argentina el Día del Padre.

Al siguiente año, el 24 de agosto cayó lunes y se abrió el debate: ¿cómo celebrar en un día laborable una fecha que reúne a toda la familia?

Al año siguiente cayó en un martes y se generalizó la discusión, hasta que a mediados de los ´60, el Poder Ejecutivo nacional instituyó el tercer domingo de junio.

Eligieron el tercer domingo de junio por razones comerciales, como explicamos, ligándolo al cobro del aguinaldo. Pero también influyó que fuera esa la fecha que utilizara en 1966 el presidente Lyndon B. Johnson, a la que adhirió Argentina entre otros cincuenta países.