

El caso de Lucas se suma al de Manuel Robert, que tuvo una gran repercusión en La Plata y pudo hallar un donante compatible para iniciar el proceso de trasplante, y al de la beba Helena Galbán, que falleció en enero de este año tras un doble trasplante que su cuerpo no pudo resistir.
Estas situaciones evidenciaron la importancia y trascendencia que tiene para un paciente que necesita el trasplante de su médula ósea y el gran desconocimiento que hay en la sociedad sobre cuán simple es el proceso para ser donante. De hecho, la propia madre de Lucas reconoció en televisión que no sabía lo que era el trasplante de médula ósea.
Ahora bien, ¿Qué es la médula ósea, quiénes necesitan un trasplante y por qué es necesario aumentar el número de donantes? El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) afirma que la médula ósea está formada por Células Progenitoras Hematopoyéticas, conocidas vulgarmente como células madre, que se encargan de producir: glóbulos rojos, que llevan oxígeno a los tejidos; glóbulos blancos, que combaten las infecciones en el organismo y se ocupan de la vigilancia inmunológica; y plaquetas, que participan del proceso de coagulación de la sangre.
Necesitan trasplantarse aquellas personas que padezcan enfermedades hematológicas, como leucemia, linfoma, anemia aplástica u otro tipo de enfermedad que genere una deficiencia inmunológica y que no tienen otra alternativa para superar la enfermedad que no sea el recambio definitivo de las células madre.
Las dificultades genéticas para encontrar compatibilidad entre estos pacientes y aquellas personas que han decidido ser donantes de médula ósea hace que la cantidad de voluntarios adheridos a los registros nacionales que forman parte de la Red Mundial sea insuficiente.
Según la BMDW – Bone Marrow Donors Worldwid (Red Mundial de Donantes de Médula Ósea), sólo entre el 25 y 30% de los pacientes a nivel mundial tiene la probabilidad de encontrar un donante compatible en su grupo familiar (especialmente entre los hermanos). Además, la estadística indica que el paciente tiene, en promedio, compatibilidad con el código genético de un donante cada 40 mil: un 0.000025% de probabilidades.
Por otro lado, la Fundación Favaloro advierte que hay que evaluar el tipo de compatibilidad hallada, dado que de ello dependerán las posibilidades de aceptación o rechazo por parte del organismo enfermo para con la médula trasplantada. Si hay éxito en la operación y el cuerpo asimila la nueva médula, habrá que esperar que la misma produzca las células propias en un plazo de dos meses.
Debido a esta enorme cantidad de coincidencias y requisitos a cumplimentarse para lograr un trasplante entre no relacionados positivo, se torna necesario incrementar la cantidad de personas sanas que forman parte de la base de datos de la red mundial, porque cada incremento en el registro significa un aumento de las probabilidades de hallazgo de donantes compatibles y, como consecuencia, de que muchas personas en tratamiento alcancen una cura definitiva para su enfermedad.
En el 2015, la propia red mundial informa que hay 25 millones de donantes entre los 74 registros creados en los 53 países que forman parte del sistema internacional, lo que equivale al 0,0003% de la población mundial (unas 7.500 millones de personas). Además, esta entidad cuenta con más de 600.000 unidades de sangre de cordón umbilical y placenta de bancos en 50 bancos de datos de 34 países, estos últimos son utilizados para realizar el 30% de los trasplantes aproximadamente.
En Argentina, el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (conocidas vulgarmente como células madre) tiene 65 mil inscriptos (el 0,001% de la población de nuestro país), de los cuales 25 mil perfiles genéticos fueron incluidos en la Red Mundial de Donantes. El organismo dependiente del INCUCAI tiene patentados 350 trasplantes realizados en el país, aunque sólo 17 se hicieron con células pertenecientes a donantes argentinos.
Proceso de Donación
Una parte considerable de la sociedad no sabe cuál es el procedimiento real que se lleva a cabo para donar células madre, por lo que a raíz de ese desconocimiento y preocupación infundada al respecto, muchos deciden no adherirse al Registro Nacional de Donantes; que integra, además la Red Mundial.
Hay una especie de mito creado al respecto y en la imaginación de muchas personas está grabada la imagen de un bisturí clavado entre los huesos de la columna vertebral. Sin embargo, el proceso no es peligroso, no deja ningún tipo de secuelas y en la primera donación no requiere de una intervención quirúrgica ni de ningún tipo de anestesia.
Los requisitos para poder ser donante de células madre que difunde el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante (SINTRA) son: tener entre 18 y 55 años, estar en buen estado de salud y con un peso mínimo de 50 kilos, haber cumplido un año sin realizarse tatuajes ni cirugías, no haber contraído Hepatitis B o C, no poseer antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas, oncológicas, pulmonares o infectocontagiosas y haber superado los dos meses desde la última donación de sangre realizada.
Una vez cumplidos esos requerimientos, el donante debe acercarse a alguno de los centros de extracción de sangre reconocidos por el INCUCAI (en La Plata, al Instituto de Hemoterapia de la Provincia de Buenos aires, ubicado en 15 y 66) para firmar el consentimiento luego de haber obtenido la información necesaria y con el derecho de reservarse la potestad de dejar de ser donante cuando así lo desee.
Luego, se le extrae una muestra de sangre para que sea analizada, se pueda descartar con total seguridad la existencia de enfermedades o infecciones no conocidas por el voluntario y se determine el perfil genético como donante.
La información genética del donante, que es de carácter confidencial, se incorpora al Registro Nacional de Donantes. Además, puede ser incluído en la Red Mundial de Donantes de Médula Ósea.
En el caso de que un paciente enfermo requiera un trasplante para poder continuar con vida, se compara su perfil genético con el de todos los que se encuentran ya incorporados en el banco nacional y, en caso de determinar que es lo suficientemente compatible para realizar el trasplante, se contacta a ese donante. Como las probabilidades de hallar esa compatibilidad son muy remotas y dependen exclusivamente del azar, puede que ocurra que haya personas inscriptas que no sean contactadas nunca en su vida como que haya otros individuos que les ocurra más de una vez.
Una vez contactado, se le consulta al donante compatible si todavía mantiene la intención de donar o si cambió de posición y prefiere negarse a hacerlo. En el caso de que ratifique su intención de donar, se repiten los análisis para confirmar la compatibilidad y descartar algún tipo de infección o enfermedad que haya sido contraída en el plazo que va desde que se incorporó al Registro Nacional de Donantes hasta que se halló dicha compatibilidad.
Una vez que se haya garantizado que la persona está apta para donar, se le consulta acerca de qué método prefiere para donar médula ósea. Hay dos formas: por aféresis o por punción.
La primera, la más elegida y sencilla, consiste en una extracción automatizada y autocontrolada de sangre por intermedio de una máquina que, en el medio del proceso, selecciona las células madre. La otra opción es un procedimiento quirúrgico con anestesia general aunque sin riesgos en el cual se extraen las células madre desde el hueso de la cadera.
Por último, las células extraídas son enviadas al hospital en el cual se encuentra internado el futuro receptor para dar inicio al trasplante.