

Las chimeneas del polo petroquímico volvieron a emanar inmensas columnas de humo negro y crece la preocupación de ambientalistas y vecinos porque este fenómeno se repite cada vez más seguido.
Desde YPF explicaron que “alrededor de las 14 horas se produjo un desbalance parcial en el sistema de recuperación de gases que fue solucionado a los pocos minutos” y que “la situación ya se normalizó”.
“Por lo menos se calcula que 2 veces por mes, se visualizan las inmensas columnas de humo negro, pero no es el problema su contaminación visual, lo grave es que esas columnas significan miles de toneladas de ácido sulfhídrico que se libera en nuestra atmosfera”, aseguran desde la ONG Nuevo Ambiente.
“Esto trae como consecuencia problemas en las vías respiratorias de los vecinos de nuestra región y muchos de ellos pueden correr con la suerte de que la pluma de la columna del humo se dirija a un sector determinado según la dirección de los vientos”, continuaron.
“La empresa se sigue auto controlando y sus resultados no son confiables, mientras el OPDS que es la máxima autoridad ambiental no controla como debe tanto a YPF como a COPETRO que está ubicado en el barrio de Campamento, teniendo en cuenta que el carbón de cocke se sigue detectando en sectores de Ensenada y Berisso, ya que la picardía de los empresarios hacen que las dos antorchas, donde emana gran parte del carbón, intensifiquen su trabajo durante la noche y madrugada”, asevera Nuevo Ambiente en un comunicado.
“Los controles ambientales no pueden tomarse vacaciones y se deben realizar las auditorías correspondientes para que se solucione definitivamente este problema a la vez seguimos sosteniendo la necesidad de cobrar una tasa de calidad de aire para invertirla en la colocación de estaciones de monitoreo fijas en distintos puntos de la región”, concluyeron.