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“Parece el titular de una revista cómica, pero no lo es. Entonces se transforma en otra cosa, que puede ser realmente peligrosa”, explica Estela Díaz, secretaria de Género de la CTA y Coordinadora del Centro Estudios Mujeres y Trabajo.
En diálogo con INFOBLANCOSOBRENEGRO, Díaz aseguró que “alentar el conocimiento de artes marciales como modo de ‘prevención’ de la violencia familiar o laboral está entre lo desopilante e irresponsable”.
“Podemos imaginar una foto dantesca de una mujer propinando patadas voladoras a su jefe frente a un acoso sexual o a su pareja frente a una agresión verbal o de otro tipo. Alguna vez escuché de organizaciones que promueven la defensa personal para agresiones callejeras, pero jamás para la violencia familiar o laboral. Nunca la violencia es la herramienta para detener o prevenir la violencia. Más bien todo lo contrario. De allí a sugerir que tenga un arma para defenderse falta poco”, aseveró.
La iniciativa surgió en conjunto de la Municipalidad con la ONG “Las Mirabal”, a cargo de Flavia Centurión, quien en 2013 renunció a su cargo como directora del área de Políticas de Género denunciando “hostigamiento” por parte de algunas trabajadoras.
La ONG “Desde el Pie” había denunciado a Centurión por malos tratos a las empleadas, y la acusaron de “perseguir, maltratar y amenazar” a varias de las víctimas de violencia de género que continuaron trabajando en la Dirección. Luego de su renuncia, Centurión quedó a cargo de la ONG platense “Las Mirabal”, un “centro de atención y apoyo a las víctimas de violencia”.
“Pensamos el curso como herramienta para mujeres que sufren de violencia familiar”, había expresado Centurión a un matutino platense. “La idea es otorgar herramientas para poder evadir una agresión o repelerla”. Las actividades se realizan en el Centro Integral de la Mujer, ubicado en 3 entre 44 y 45.
La ex directora de Políticas de Género municipal había explicado que las clases son una suma de destrezas, que combinan artes marciales con sistemas de defensa personal militares. Lo insólito es a quiénes está dirigido: no a las mujeres que sufren acoso en las calles o de un desconocido, sino a aquellas que sufren de violencia (psíquica y física) de sus parejas o en su hogar. Cabe preguntarse entonces, ¿se resuelve la violencia de género aplicando más violencia física? ¿Cuáles son las consecuencias de la autodefensa en una situación de vulnerabilidad emocional?.
Estela Díaz explica que tanto la ley nacional 26485 como la provincial 12569 y sus modificatorias, “promueven un conjunto de medidas a tomar para prevenir la violencia que van desde contar con grupos de atención interdisciplinarios, formar grupos de ayuda mutua como experiencia terapéutica, las campañas de sensibilización, las medidas cautelares como la restricción de acercamiento y otra gran cantidad de posibles iniciativas, que nada tienen que ver con lo que esta ONG está proponiendo”.
“Lo más preocupante es que estas actividades parecen estar convenidas con la Municipalidad de La Plata, lo que quiere decir que se usan recursos públicos para una política a todas luces alejada de cualquier indicación que contempla la ley vigente para prevenir y erradicar la violencia”, apuntó la especialista. "De este tipo de iniciativas a llegar a una escena similar a la película “relatos salvajes”, estamos a un milímetro de que la realidad supere a la ficción", advirtió.