

Molesta por la venta que el diario de mayor tirada de la Provincia hace desde hace años con sus propios vendedores, por fuera del circuito del sindicato, la Cooperativa de Diarios, Revista y Afines lanzó una multa de 550 pesos para aquellos puestos que exhiban este matutino pasadas las 13 horas. Buscando disciplinar a sus afiliados, la organización dispuso que a aquellos que reincidan con la falta se les duplique el monto del castigo.
El conflicto entre El Día y la organización de canillitas viene de larga data. En 1993 salió a la venta el diario Hoy dentro del circuito formal de comercialización. Sin embargo, por una pelea con el entonces secretario adjunto y cabeza del gremio Oscar Roldán, la dueña de la publicación Myriam René Chávez decidió armar su propio esquema de comercialización, con sus propias casetas verdes que aún se pueden ver en toda la Ciudad.
Esta nueva situación significó una competencia desleal para las demás publicaciones ya que el diario Hoy comercializaba sus ejemplares sin necesidad de cumplir con los reglamentos del Sindicato de Vendedores de Diarios, Revistas y Afines, imponiendo a su antojo el salario de sus empleados.
No dispuesto a quedar atrás, el diario El Día armó en 1995 su propia cuadrilla de vendedores ambulantes, en el presente son 49 empleados, y entró en competencia directa con los canillitas que veían que ya no tenían el monopolio de venta de periódicos.
“Yo propuse en aquel momento levantar los diarios de Kraiselburd en forma de protesta, pero el sindicato y la cooperativa no estuvieron dispuestos”, comentó a INFOBLANCOSOBRENEGRO César, dueño de un puesto. “Ahora ya es demasiado tarde. Además no entiendo porque no toman medidas contra La Nación, Clarín y Página 12 que desde el menemismo nos bajan los diarios al 64 por ciento del costo y no al 55 histórico como lo hacen los demás periódicos, inclusive El Día” agregó el vendedor.
Lo cierto es que a los embates coyunturales que sufren los vendedores de diarios por el surgimiento de internet y de otros canales de información, se le suma la competencia de los circuitos de comercialización paralelos que infringen con una ley amparada por el Ministerio de Trabajo que establece que deben ser los canillitas quienes deben realizar las ventas.