

En los últimos días, los principales medios reflejaron la preocupación de los vecinos del country Nordelta por la proliferación de carpinchos. La noticia se viralizó justo el mismo día en que unas 5 mil personas marcharon al Congreso para exigir la sanción de la Ley de Humedales. Ambos temas están profundamente conectados.
“Las notas que pude ver en los principales medios apelan a llamarlo como una ‘invasión’ de carpincho en Nordelta. En el mundo del revés, los carpinchos invaden los humedales”, aseguró a Info Blanco Sobre Negro la geógrafa e Investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas (CIG) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UNLP), Patricia Pintos.
“Justo este tema coincidió con la marcha reclamando la sanción de la Ley de Humedales, fue algo muy significativo”, comentó la científica que por sus estudios sobre el desarrollo de urbanizaciones privadas en la cuenca del Río Luján se transformó en una de las principales especialistas sobre humedales del país.
El Nordelta fue el primer country construido bajo los parámetros de un paradigma que generó grave perjuicios ambientales en el río Luján y que amenaza con trasladarse al litoral del Río de La Plata.
“A mediados de los 90 empezó una corriente de inversión focalizada en la cuenca baja del Río Luján. Se buscaba replicar un modelo que había iniciado en La Florida, con esta idea un poco bucólica de asociar la urbanización con las lagunas”, explicó Patricia Pintos.
“Nordelta fue el primer caso paradigmático en nuestro país. Logro diferenciarse ofreciendo el plus de incorporar la naturaleza como parte de la oferta urbanística”, apuntó la especialita.
Y continuó: “Esto fue muy redituable y se difundió como reguero de pólvora en toda la cuenca del río Luján. Así se generó una afectación muy grave de ambientes de humedales que fueron modificados drásticamente para hacerlos habitables".
“Es un gran sin sentido. En un país donde sobre suelo, los barrios cerrados ocupan humedales y los modifican para producir paisajes escenográficos”, cronsideró la investigadora.
Algunos vecinos de Nordelta reclaman el traslado de los carpinchos a otra zona. Sin embargo, este roedor es un animal autóctono que habitaba la zona desde antes de la construcción del barrio cerrado.
Sobre la reacción de los vecinos contra estos animales, Pintos opinó: “Es la negación de aquello mismo que buscaban. Es una gran paradoja”.
Una situación similar había sucedido el año pasado en el country Abril, donde la administración desalojó a una familia de carpinchos de la laguna interna del barrio cerrado.
Los animales se quedaron apostados por días del otro lado del alambrado, eperando poder volver a su hábitat. Ese conflicto derivó en una causa judicial y los carpinchos terminaron siendo trasladados a la reserva ecológica “Estación de Crias de Animales Silvestres” (ECAS) del Parque Pereyra.