

El pasado miércoles, más de 5 mil personas marcharon hasta el Congreso de la Nación para reclamar la sanción de la Ley de Humedales. La movilización significó un hito en el movimiento ambientalista argentino que se muestra cada vez más organizado.
Luego de una caravana en kayak desde Rosario, unas 5 mil personas marcharon hasta el Congreso para exigir la sanción de la Ley de Humedales que se encuentra trabada en comisión. A fin de año, este proyecto reconocido por amplio sectores como una cuestión urgente puede volver a perder estado parlamentario a fin de año.
“El objetivo era presentar un petitorio para que el proyecto se trate en conjunto en las tres comisiones que restan y así habilitar su debate en recinto. Medio Ambiente ya dio dictamen favorable pero luego se trabó en la comisión de Agricultura”, detalló a Info Blanco Sobre Negro, la geógrafa e investigadora de la UNLP, Patricia Pintos, una de las máximas especialistas sobre humedales del país.
En caso de obtener dictamen en Agricultura, al proyecto todavía le restaría ser tratado en las comisiones de asuntos fluviales y marítimos y luego en la de hacienda y presupuesto. Durante la movilización más de 400 organizaciones presentaron un documento exigiendo su tratamiento en conjunto para evitar que vuelva a perder estado parlamentario como ya sucedió en 2013 y en 2016.
“Está claro que por ahora prima el poder corporativo del agronegocio y el lobby inmobiliario. No hay ninguna otra razón para que no se apruebe”, apuntó la investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas (CIG) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE – UNLP).
Patricia Pintos advirtió que otro sector que se opone a la sanción de esta ley son las empresas mineras ya que la normativa regularía la forma en que se extrae el litio. “Los salares de altura también son humedales y es de donde se extrae el litio. La forma en que se realiza actualmente tiene un impacto muy negativo para las comunidades y un beneficio bajo para las provincias porque es una actividad puramente extractiva, sin agregado de valor”, consideró la investigadora platense.
En el marco de la movilización, algunos referentes de los movimientos ambientalistas fueron recibidos por los diputados Leonardo Grosso, Daniela Vilar y Enrique Estévez. Aunque se manifestaron a favor del proyecto, los legisladores transmitieron pocas esperanzas respecto a la posibilidad de que el mismo avance en los próximos meses.
De todos modos, Pintos destacó que “lo que sucedió afuera del Congreso fue muy importante porque mostró la potencia del movimiento ambientalista en Argentina y la capacidad de encolumnarse en función de proyectos que son claramente necesarios en un contexto de pandemia que da cuenta de una crisis eco sistémica global”.
Los humedales son ecosistemas que están ocupados en forma permanente o semipermanente con agua. La característica principal es su inundabilidad. Alcanzan casi un cuarto del territorio del país y suelen conocerse con distintas identificaciones particulares como manglares, marismas, albuferas, esteros, bajos ribereños y deltas.
Cumplen un rol fundamental para absorber los excedentes de agua y también actúan como reservas durante sequías. Además, alimentan los acuíferos subterráneos, tienen la capacidad de fijar carbono, son corredores de biodiversidad, generan micro climas y permiten el desarrollo de actividades económicas en la medida en que se hagan en armonía.
El proyecto no busca prohibir actividades productivas en estos ecosistemas, sino que apunta a una regulación de las mismas. El primer artículo propone "establecer presupuestos mínimos para la conservación, protección, restauración ecológica y uso racional y sostenible de los humedales y de los servicios ambientales que éstos brindan a la sociedad en todo el territorio de la Nación”.