

Luis Martires Cardozo estaba privado de su libertad cuando murió en la Unidad 26 de Lisandro Olmos, partido de La Plata. Su familia y sus allegados reclaman que se dicten sanciones y penas a funcionarios judicalies y a miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que estuvieron involucrados en su fallecimiento.
Aseguran que mientras en la Argentina se debatía si era conveniente o no liberar detenidos para mejorar las condiciones de encierro y reducir el hacinamiento, a Cardozo lo condenaban otra vez, pero lejos de los tribunales. La sentencia, según su hijo Jhonatan, era quedar separado con otros detenidos "hasta morir" en un sector de la unidad donde cumplía su pena .
"Lo encerraron en una cámara frigorífica y lo condenaron a morir por coronavirus, a pesar de su edad, de que había informes médicos que indicaban que era paciente de riesgo, y de que no era necesario aislarlo junto a otros detenidos. Todo lo contrario: era muy peligroso que permaneciera en ese lugar, tanto que le costó la vida", afirmó el hijo de Cardozo en diálogo con Info Blanco Sobre Negro.
"Los enfermeros y los médicos no lo querían atender, no le daban insulina a pesar de ser diabético, y lo tenían encerrado sin comida. Así permaneció durante 16 días", agregó.
Ese sector al que lo habían trasladado albergaba a otros detenidos enfermos de coronavirus, y estaba preparado especialmente para cumplir esa función. Pero Cardoso no estaba enfermo e igual lo llevaron hasta allí, de acuerdo al relato de sus familiares.
El hijo aseguró a este medio: "Mi papá no tenía síntomas ni estaba enfermo. Lo sacaron para hacerse un estudio. Cuando lo llevaron a ese lugar dentro del penal en el que había tres personas que sí tenían coronavirus, lo pusieron al lado de uno de los enfermos. Pero además, pegado a ese lugar había una celda tapada de basura con más enfermos de covid que no recibían atención médica"
"Mi viejo a los 10 días ya empezó a tener síntomas. Había zafado en Olmos de una tuberculosis fulminante, por la que tuve que encadenarme para que recibiera atención médica", agregó.
Finalmente falleció a los 67 años. Era hipertenso e insulino dependiente. Lo sentenciaron en un juicio muy controvertido y en el que según su familia hubo irregularidades para garantizar impunidad en favor de dos gendarmes que habían sido imputados luego del crimen del boletero.