sábado 24 de mayo de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 28 ago

"El traslado de los carpinchos de Nordelta podría provocarles un grave estrés y llevarlos a la muerte", según una guardaparque platense

Entrevista con Rosana Donato, guardaparque voluntaria del Parque Pereyra Iraola


Esta última semana, la presencia de carpinchos en la urbanización de Nordelta, situada en el Partido de Tigre, generó gran revuelo entre sus propietarios y un llamado desde distintos sectores ambientalistas para que se sancione de manera urgente una ley de humedales.

El año pasado, Info Blanco Sobre Negro informó sobre una situación similar en el Country Abril de La Plata, donde ocho carpinchos fueron “desalojados” del lugar ya que desde la administración señalaron que “atacaban” a los perros.

En el caso de Nordelta, cabe destacar que hace más de veinte años la zona era un humedal y la construcción de edificaciones alteró el hábitat de los carpinchos. Actualmente viven 40 mil personas.

Al respecto, Rosana Donato, guardaparque y voluntaria en el Parque Pereyra Iraola, destacó en diálogo con Info Blanco Sobre Negro que “la principal causa del conflicto con los carpinchos es la falta de legislación ambiental que acompañe la problemática ambiental y el cambio en las temperaturas que se está dando en todo el mundo”.

Cabe destacar que Donato también es brigadista en incendios forestales, guía turística e intérprete ambiental, y forma parte de la asamblea para la defensa de la reserva de biósfera Parque Pereyra Iraola.

“Si hubiera legislación acorde no pasarían estas situaciones pero no hay políticas claras sobre donde se puede o no construir, y que espacios naturales hay que preservar”, destacó la guardaparque.

“Nordelta es un avance inmobiliario que los municipios y el Estado provincial (cuyo Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible tiene que pedir un informe de impacto ambiental previo) permitieron, no es sólo una empresa a la que se le ocurre hacer un emprendimiento sobre un humedal”, selaló Donato.

De todas formas, la voluntaria del Parque Pereyra Iraola dejó en claro que la población de Nordelta no es culpable porque se les permitió construir allí, “el tema son quienes se lo permiten, por eso hace falta una planificación adecuada de los Estados provinciales y los municipios, y no está sucediendo”, y agregó que “hay un montón de carpinchos, zorros, comadrejas que han muerto” por ese motivo.

“El humano llega con sus topadores, arrasa con todo, corta los bosques nativos, levanta la cota permitida y construye sin prever ni planificar que van a hacer con la fauna y la flora del lugar”, denunció la guardaparque.

Por eso, si bien Donato destacó que no son cien por ciento responsables, también recordó que las personas que viven en Nordelta vinieron después que los carpinchos. “Sabían donde estaba comprando y tienen que ser responsables del lugar donde están construyendo”.

“En esta situación las personas no humanas, como los carpinchos, son los más vulnerados porque no tienen manera de prevenir lo que les va a pasar”, definió la ambientalista.

“No quieren sacar leyes que cuiden el ambiente porque no les interesa, con una ley de humedales se terminan los negocios", denunció Donato. 

No les interesa cuidar el ambiente sino que les reditúe económicamente aunque sí lo hace, pero a largo plazo. “Si a futuro no tenes biodiversidad nadie va a poder subsistir, no va a haber nadie que pueda construir”, aseveró la guía turística.

 

ISBN: ¿Cuál podría ser una posible solución a este tema?

Donato: Los carpinchos viven en manada, son territoriales y son muy sensibles, lo ideal es dejarlos en el lugar donde ellos están.

Su traslado a cualquier otro lugar les puede provocar un grave estrés que puede llegar a matarlos. Lo ideal sería que se quedasen en el lugar y que se trate de armar un área especial para ellos.

Ya que es una zona que está "tomada" por gente que tiene recursos económicos le podrían construir un “santuario” junto a las autoridades provinciales y las ONG´s ambientales.

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