

Este lunes el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, recibió a los directivos de la empresa australiana Fortescue, que anunciaron una inversión de 8.400 millones de pesos para producir hidrogeno verde en Río Negro y exportarlo, lo que generaría 15.000 empleos directos, y entre 40 mil y 50 mil indirectos.
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo pero no se encuentra separado, siempre está dentro de un compuesto. Hay distintas formas de producción de este elemento, entre ellas el marrón, el azul, el gris y el verde. Para conseguir este último hay que separar la partícula de hidrógeno de la molécula de agua “electrocutando” el recurso vital.
Lo que se buscará hacer en la provincia de Rio Negro será construir parques eólicos que generen energía, “electrocuten” el agua y separen la partícula de hidrógeno, que pasará por un proceso de purificación donde se irán liberando todas las restantes partículas de oxígeno a la atmósfera y, posteriormente, se almacenará como energía.
Cabe aclarar que no sólo Argentina está dando sus primeros pasos en éste área sino que casi todos los países de Latinoamérica armaron su hoja de ruta al respecto.
En Europa también es muy importante la industria del hidrógeno verde pero, al tener una matriz fuertemente electrificada por energías renovables, lo que buscan no es comercializarlo a otros países sino utilizarlo como reservorio de energía, es decir como un almacenamiento del excedente de las energías renovables.
Como las energías renovables son intermitentes, o sea que producen mucho en algunas horas y muy poco en otras, y eso atenta contra la viabilidad del sistema, se pensó en el litio y en el hidrógeno verde como alternativas.
La energía que “sobra” de las fuentes renovables es utilizada para crear hidrógeno verde que luego es transformada nuevamente en electricidad para alimentar los períodos de baja producción eléctrica.
Esto último no sucede en Argentina y, por ese motivo, lo que se busca es ser un exportador de hidrógeno verde y para eso hace falta tener una infraestructura que, por el momento, no existe y hay que crear.
Al respecto, en diálogo con Info Blanco Sobre Negro el licenciado en geografía y becario doctoral del CONICET, Martin Kazimierski, alertó que la cantidad de agua necesaria para llevar adelante este proyecto es "mucha" y en la estepa patagónica, donde se construirá la infraestructura necesaria, dicho recurso es deficitario.
"La proliferación de parques de generación de energía renovable y el consumo de agua tendería a acelerarse, acentuando la especulación sobre tierras y territorios que ya había comenzado con otros proyectos eléctricos anteriores, coincidiendo en Argentina con áreas que podrían ser particularmente sensibles en sus balances hídricos. Teniendo en cuenta estos factores ambientales, la intensidad y la extensión del impacto podrían verse alterados, alcanzando grados de afectación significativos para el conjunto del sistema hidrogeológico", aseguró el licenciado en un trabajo académico publicado este año.
"No se han encontrado estudios que ponderen de forma detallada los impactos acumulativos de la actividad en el uso de agua y suelo, en la flora, fauna y el patrimonio nacional; tampoco aspectos asociados a la participación ciudadana", añadió en su informe Kazimierski.
Por otro lado, el profesional que trabaja en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que el hidrógeno verde es caro y no es competitivo. Incluso destacó que algunos expertos aseguran que nunca lo será por los procesos de transformación que conlleva.
Hoy en día se producen en el mundo alrededor de 70 millones de toneladas de hidrógeno y el 80 por ciento es a partir de gas natural, otro 20 por ciento a partir del carbón y sólo el 0,7 por ciento proviene de lo que es la electrólisis del agua alimentado por generadores renovables, es decir el hidrógeno verde.
“El hidrógeno verde es un mercado nuevo que se presenta como la cara visible dentro de la industria del hidrógeno pero no necesariamente va a ser el que predomine”, opinó Kazimierski.
Por el contrario, el investigador destacó que sí podría predominar el hidrógeno azul, que se obtiene a partir del procesamiento de gas natural sumado a la captura de carbono que se emite de dicho proceso.
“El hidrógeno verde puede ser la cara visible de este nuevo mercado pero el que va a tener más peso es el azul, lo que pasa es que no es tan marketinero decir que en un futuro post fósil el hidrógeno va a provenir mayormente de la quema de gas natural con captura de carbono”.
ISBN: ¿Por qué sos escéptico respecto al hidrógeno verde?
Kazimierski: hoy representa el 0,7% de la industria del hidrógeno que es, a su vez, una industria chica dentro del mercado energético.
Puede ser que el hidrógeno verde sea redituable en un futuro, situación que decidirá el mercado; pero, a mi juicio, si el hidrógeno tiene alguna chance de convertirse en el vector energético del futuro es a través del hidrógeno azul.
ISBN: ¿El hidrógeno azul es sustentable?
Kazimierski: para algunos expertos la idea de captura de carbono es pensar en términos sustentables, para otros significa seguir quemando combustibles fósiles más allá de que luego se reintroduzcan esas emisiones debajo de la tierra.
ISBN: ¿Cómo está la Argentina en el mapa de las energías alternativas?
Kazimierski: particularmente Argentina tiene un fuerte peso en lo que es el litio y hoy en día la política alrededor de eso es deficiente y está muy mal encarada.
Vale el paralelismo porque el hidrógeno y el litio básicamente cumplen la misma función dentro del nuevo paradigma energético, ambos funcionan como un reservorio de energía.
El litio es probadamente competitivo pero el hidrógeno verde aún no existe como mercado. Por eso está el riesgo es que éste último se plantee en los mismos términos que el litio, o sea como recurso primario.
En el caso del litio o el hidrógeno verde sería interesante que se piense en la fabricación de baterías nacionales o algún tipo de tecnología que esté asociado a ese hidrógeno y no que sean las nuevas materias primas del siglo XXI.
Hoy en día al litio lo exportamos con un agregado de valor básico y si el hidrógeno verde está encarado de la misma forma sería una pena no pensar en tecnologías que le agreguen valor.