El Registro Nacional de las Personas (Renaper), puso en marcha un plan de atención para garantizar la entrega de pasaportes ante la escasez global de chips, un insumo necesario para la confección de los documentos electrónicos.

"Falta de previsión, cambios repentinos en la demanda, una industria rígida y muy concentrada... Los factores que han podido provocar la escasez actual de chips semiconductores (circuitos integrados) son muchos y la solución no va a llegar rápido. Lo que empezó siendo como un desajuste momentáneo entre la oferta y la demanda a finales del año pasado, ahora podría prolongarse hasta el 2022, generando interrupciones en las cadenas de suministro, paralizando fábricas, presionando al alza los precios y restando algunas décimas de crecimiento a la recuperación de la economía global", públicó el sitio español El Economista.

El mencionado portal destacó que "la demanda repentina de dispositivos para teletrabajar ha secado el mercado".

En pocos meses los chips se volvieron tan escasos como el oro, según un informe de Rico Luman y Timme Spakman, analistas de ING. 

"Ahora mismo, medio mundo mira a Taiwán y Corea del Sur, los grandes productores de chips semiconductores que no dan abasto para seguir el ritmo de la demanda", precisó El Economista.

El Ministerio del Interior argentino señaló que “al igual que el resto del mundo, nuestro país enfrenta una contingencia de índole externa debido al retraso, principalmente en la provisión de chips, que ha afectado a diferentes industrias en el último año como la automotriz, la de maquinarias y de equipos electrónicos”.

También los DNI

Y agregó que "esta situación impacta en la emisión de documentos de identidad y pasaportes electrónicos", por lo que se demoran "los tiempos de entrega, que han llegado a superar en diversos países los cuatro meses”.

Desde el Ministerio de Interior aseguran que están haciendo "un enorme esfuerzo técnico, administrativo y de logística internacional", y que "el Renaper amplió sus fuentes de provisión de insumos, desarrollando nuevos proveedores internacionales y nacionales”.

Según El Economista, "los semiconductores parecen estar destinados a convertirse en el oro o el petróleo de esta nueva era, revolución industrial o como se quiera llamar".

"La producción está muy concentrada en el este de Asia. Aunque las empresas americanas como Qualcomm o Intel son las que más suenan cuando se habla de microchips, lo cierto es que éstas firmas son las que los desarrollan y venden, pero la fabricación y el ensamblaje se realiza, sobre todo, en Taiwán y Corea del Sur (TSMC, Samsung...), donde la industria del chip está saturada ante el auge repentino de la demanda global", agregó ese sitio especializado.

Desde la firma financiera TS Lombard explicaron en un trabajo que la fabricación se ha trasladado a Asia tanto que la posición de Taiwán y Corea representa el 83% de la producción mundial de chips para procesadores y el 70% de la producción de chips de memoria.

Cosas que no ayudan

Los expertos de ING señalaron que "los chips de ordenadores escasean por un aumento repentino en la demanda relacionado con el Covid-19. Este choque de demanda está causado principalmente por consumidores que no pueden gastar dinero en servicios como restaurantes y viajes y que ahora están gastando más en productos electrónicos. No obstante, la fuerte demanda de equipos de oficina para trabajar desde casa y una recuperación más rápida de lo esperado en varios sectores tampoco están ayudando".

"Estos expertos recuerdan que a todo lo anterior se ha sumado las redes móviles 5G que se están implementando y la mayor demanda de nuevos teléfonos inteligentes compatibles con estas redes. También ha jugado en contra la creciente demanda de ordenadores y tarjetas gráficas para el minado de criptodivisas como el bitcoin", indicó El Economista.

Y concluyó: "Más allá del lado de la demanda, la situación por el lado de la oferta tampoco tampoco ha sido sencilla. Primero, con la crisis del covid los fabricantes de chips planificaron una demanda inferior, producto de la propia crisis económica, que en principio debería haber afectado al consumo de forma amplia, reduciendo también las ventas de dispositivos electrónicos. Por otro lado, cuando la industria logró operar al máximo de su capacidad las averías en cuatro instalaciones de Texas debido al frío extremo y un incendio en la fábrica de Renesas Naka al norte de Tokio empeoraron la situación de cara al segundo trimestre, agudizando y prolongando la escasez de chips".