

Cuando somos pequeños nos asemejamos a esponjas que adquirimos buena parte de los conocimientos y enseñanzas que nos intentan inculcar tanto en casa como en la escuela. Esos valores que se adhieren a la personalidad de cada individuo desde esas edades tempranas, son las que en el futuro servirán de soporte vehicular para encarar la dureza de la vida y discernir el camino correcto a tomar en muchos campos.
Cada vez son más tempranas las adicciones que experimentan determinados grupos sociales asociadas a las tecnologías. Hace algunos años, estaba muy instaurado el dicho “un niño rae un pan debajo del brazo”, en cambio en esos momentos ese alimento ha sido modificado hacia cualquier dispositivo tecnológico de los que nos rodean. Es una realidad que la juventud vive pegada a una pantalla de un móvil o de una consola, siendo esto un grave perjuicio para su desarrollo y relación con el entorno.
Cada es mayor el grado de dependencia de buena parte de la población a las redes sociales y a los aparatos tecnológicos en su conjunto. Algo que en vez de disminuir se sigue acrecentando año tras año, convirtiéndose en una auténtica lacra para el progreso de la sociedad. Son varias las investigaciones que alertan sobre los peligros de esta tendencia tan arraigada. De hecho, The Wall Street Journal, demostró que el algoritmo de Tik Tok conduce a sus usuarios menores de edad a que terminen consumiendo videos de sexo y drogas en ciertas situaciones.
“Hay que poner a todo lo relacionado con la red de redes, ya que pueden ser productos llamados a crear cierta adicción en cabezas que no estén muy amuebladas – explican los expertos de la web SlotVegas.es. Es labor de todos los agentes involucrados en la sociedad, divulgar las bondades que traen de la mano las nuevas tecnologías, sin olvidar de inculcar desde etapas tempranas los posibles riesgos y malas prácticas que traen consigo el uso excesivo de determinados productos y dispositivos de esta naturaleza”.
El progreso no se detiene. Día tras día se lanzan al mercado nuevas alternativas tecnológicas que permiten la realización de un mayor número de actividades de ocio y de entretenimiento con una calidad sobresaliente. Esa espectacularidad no debe dejar de lado un consumo responsable que se debe instaurar desde etapas tempranas para que así sea más fácil ir erradicando las posibles adicciones tecnológicas presentes en buena parte de la sociedad y que cada vez son más comunes.