

Por: Federico García
Laura Baudino vive en la ciudad de Nogoyá, provincia de Entre Rios. Es hija de padres adoptivos y en la adolescencia decidió empezar a investigar sobre su familia biológica cuando ante una pregunta suya sobre si había estado en su panza, su madre adoptiva le respondió que había “mamas del corazón” y “de panza” y ella y “era una bebe de corazón”.
Durante su adolescencia la mama adoptiva de Laura quiso ayudarla en su búsqueda intentando recordar cómo había sido el proceso de adopción, pero no fue fácil ya que había nacido el 30 de junio de 1976, cuando el país estaba gobernado por una Junta Militar.
En ese tiempo, la madre del corazón de Baudino había estado detenida desaparecida y luego estuvo bajo tratamiento psiquiátrico muchos años.
La única información que habían podido conseguir entre Laura y su madre adoptiva por una prima de ésta última que vivía en Esquel era el apellido de un doctor: Winter. “Era lo ùnico que para ese tiempo, durante mi adolescencia, mi mama recordaba”, señaló en diálogo con Info Blanco Sobre Negro.
Por un tiempo la búsqueda de Laura no avanzó, no por la negativa de su madre del corazón. “Pero sí de gente que por ahí sí podía llegar a saber algo, conocer más, pero no me decía nada, entonces me rebelé y no seguí buscando”, recordó.
Luego de un par de años la mama adoptiva de Baudino falleció y ella misma fue mamá de dos hijas. Fue allí, cuando fue madre, sintió la necesidad de recuperar su historia, su verdad y su origen.
“Era algo que le debía a mis hijas, que se miraban y notaban el parecido con la familia del padre pero de mi parte había un hueco”, señaló Laura.
En aquel tiempo conoció a personas que trabajaban en el área de Derechos Humanos, que le dieron una mano para poder hacerse un análisis de ADN en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), ponerse en contacto con el organismo y llevar todos los papeles donde quedaba registro de que su adopción no había sido legal.
Previo a eso había ido a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo en La Plata pero no obtuvo resultados positivos. También acudió a la organización HIJOS.
Le quedaba la “esperanza” de la CONADI donde eventualmente cruzarían su ADN con el de alguna familia que había hecho una denuncia sobre algún hijo o hija desaparecida en el año de su nacimiento, y podría corroborar si coincidía con el suyo. Pero allí también tuvo resultados negativos.
“Ahi sentí la primera traba”, recordó Laura, donde pensó que tal vez estaba muy lejos e iba a ser muy difícil, aunque “nunca dejaba de lado la esperanza de poder viajar a Esquel y desde ahi empezar a armar la historia”.
Otro de los “obstáculos” que tuvo Baudino fue cuando en la CONADI pudieron llegar a los registros de nacimiento y figuraba el nombre de una mujer que había tenido una bebe pero no había ningún otro dato “y por las fechas era muy probable que haya sido yo esa bebe”.
No obstante, desde dicho organismo no le pudieron confirmar ese dato, ya que le dijeron que debía buscar un representante legal que presentara el caso a un juez y que éste diera la orden de abrir los libros. Había un derecho a la confidencialidad en favor de la mujer que había tenido a la beba ese día.
“Esa es la única parte burocrática donde sentí que además de que me habían dado en adopción y que había sido producto de una apropiación, no podía reclamar ese derecho porque esa mamá que había tenido su bebé tenía derecho de confidencialidad, me sentí frustrada con ese obstáculo”, comentó Laura.
Era recurrente el pensamiento de Baudino de que lo mejor sería viajar a Esquel y desde allí armar la historia . Pero el padre de sus hijas tuvo un problema de salud muy serio que derivó en su muerte y decidió postergarlo nuevamente hasta que en el 2015, según las palabras de Laura, "se encontró con Jesús".
“Cuando el padre de mis hijas estaba sufriendo una enfermedad me hablaron de Jesús y fue allí que empecé un camino con Él”, reflexionó.
“Con el transcurso de los años empecé a mirar al cielo y a pedirle a Dios que él fuera el que me conectara con mi mamá, porque yo sabía que si estaba allí, en ese momento, era porque mi mamá había estado pidiendo por mi, era un sentir que yo tenía. El único que nos podía conectar era Dios”, contó Laura.
Así que a partir de ese momento Baudino le encomendó la búsqueda de su historia a Dios. “Porque en una búsqueda de identidad uno no sabe con lo que se va a encontrar, si la van a aceptar, qué fue lo que paso, va a ciegas, y entonces le pedi al Señor que me guíe y me ayude”. Ese momento ocurrió en el año 2015.
El 29 de abril del 2021 decidió publicar su historia a Facebook, y por alguna cuestión del destino, o quizás un milagro, Laura logró comunicarse con un hombre.
No recuerda si fue el mismo día de la publicación o al día siguiente. Esa persona le contó podría haber nacido en Cholila, en Epuyén o en El Hoyo. Luego esos nacimientos eran registrados en Esquel.
Entonces el hombre la puso en contacto con una chica que, a su vez, conocía una persona que quizás la podía ayudar.
“Me conecté con esta chica y me contó que la mamá de ella tenía una prima que había parido una bebé. Me empezó a contar la historia de cómo había sido y los relatos que ella me contaba eran los mismos relatos que yo conocía”, recordó Laura.
Esa mujer era su mamá y ese bebé era ella. Ahí se enteró de que había nacido en Cholila.
A partir de allí empezó a ponerse en contacto con sus primas y algunas de sus tías, que aún vivían.
“Hablamos mucho y yo preguntaba mucho, porque quería saber qué era lo que había pasado”, explicó Baudino, que también contó que le mandaron una foto de su madre.
"Cuando vi la foto me impactó. Una vez sola la soñé pero en mi sueño no vi su carita. Cuando la vi por primera vez me identifiqué mucho con sus ojos y con su cara. Ahora sé de quién saqué mis ojos", relató Laura, y deseó poder viajar a Cholila para conversar con su familia.
Sus tías le contaron que su madre biológica se llamaba Nivia y que la había parido cuando tenía 15 años luego de una “situación muy trágica” que le había tocado vivir.
“Con su inocencia de 15 años ella realmente tenía la ilusión de tenerme y ése era un factor en común de todos los que me habían contado la historia”, destacó Laura.
“Yo tenia un gran vacío que se llenó cuando me dijeron que mi mama me quería y hasta el último dia de su vida lloró por mí porque quería que estuviera junto a ella. Eso fue lo que llenó mi corazón. Después me contaron que mi mama no soportó el dolor de perderme y se suicidó”, recordó. La decisión de dar en adopción a Laura fue de su abuela materna, que aseguraba que no iban a poder criarla.
Una cuestión que sorprendió y Laura Baudino destacó, fue que tanto sus tías como sus primos, más chicos que ella, nacieron conociendo la verdad sobre su madre “y también fue grato saber que ellos se sorprendieron con mi búsqueda porque pensaron que nunca iba a querer saber de ellos o buscarlos”.
A Laura le queda mucho por descubrir pero lo que más quisiera, además de reunirse con su familia, sería poder ir al cementerio donde está su madre.
“Me gustaría poder estar en ese valle en el que ella vivía cerquita y mirar lo que ella veía, poder conocer a mi familia, a mis tías, a mis primos, compartir con ellos, conocer más de la historia y recrear a mis abuelos”, contó Laura, que ahora sabe cuál es su familia biológica, de dónde viene y que nació en la localidad de Cholila.
“Yo no sabía por qué me gustaba tejer y de dónde tenía esa fascinación por la lana y los diseños. Porque si bien mi mama adoptiva me había enseñado no era algo que llevara nato, sino que era algo mío que siempre me llamó la atención y me gustó mucho, descubrí que mi abuela materna se dedicaba a eso, mi mama también y a mi prima le gusta la costura, oficio del que fui profesora”, reflexionó Laura.
“Estoy con muchas expectativas de conocer a mi familia, sigo aferrada a esa promesa de que voy a poder estar pisando donde pisó mi mamá, forma parte de cerrar una etapa, de vincularme con mi gente, con mis parientes , de poder abrazar y tener ese contacto”, mencionó .
Sobre el final de la entrevista Laura manifestó: “Dios preparó el encuentro y me dijo `acá esta tu familia, esto fue lo que pasó”.
“A pesar de que no conoci a mi mamá fue muy duro porque me hubiera encantado juntarme, y mate de por medio poder conversar con ella, que conozca a mis hijos y a mis nietos. Esa decisión de amor que tomó mi mamá pese a las circunstancias de mi concepción hizo que esa situación tan fea que tuvo que pasar se explayara en amor. Y de mí nacieron dos hijas más y de ellas bebés. Su decisión estaba llena de vida y dejó un legado de amor y esperanza. La historia no terminó en su suicidio sino que continúa desde la vida porque Dios hizo la unión y yo pude conocer la verdad, que no quedó en su muerte y en lo oscuro, sino que salió a la luz y prevaleció el amor”, concluyó Laura Baudino.