

Se rompió un oleoducto privado en una región montañosa del Amazonas en Ecuador, y generó el viernes pasado un derrame aún no cuantificado de crudo. El desastre ambiental reanudó una larga telenovela de los daños provocados por la industria petrolera en esa selva, considerada como "el pulmón del mundo".
La agencia EFE aclaró que "el peligro de que el vertido de petróleo derramado por la rotura del Oleoducto de Crudos Pesados llegue a fuentes de captación de agua o al caudaloso río Coca, es la tarea principal de las entidades públicas y privadas involucradas en el trabajo de reparación y limpieza del área afectada".
El consorcio OCP-Ecuador, que opera el oleoducto, aseguró que la rotura de su tubería "se debió a la caída de rocas sobre la infraestructura". El incidente que derivó en el derrame fue ampliamente difundido a través de redes sociales por habitantes de la zona, que expresaron en sus cuentas su bronca por la repetición de este tipo de "accidentes".
Todo ocurrió en la zona del río Piedra Fina, en la zona de San Luis, afectada desde hace unos años por una erosión regresiva del suelo que obligó a construir variantes en el trayecto de los dos oleductos que pasan por el lugar y que ya, en abril del año pasado, generó un derrame que afectó a muchas comunidades de la zona, detalló la misma agencia.