Por: Ismael Pérez Cerdá

Los medios de tendencia crítica al gobierno nacional hoy destacaron una opinión de Hebe de Bonafini que muestra las primeras heridas tras el ajuste que estrenó hace rato el gobierno nacional. La referente de Madres de Plaza de Mayo y ferviente kirchnerista le disparó sin piedad a la camporista y titular de ANSES, Fernanda Raverta, por el magro aumento que otorgó en los haberes jubilatorios.

En una entrevista radial planteó: "¿Tiene idea de lo que ganamos los jubilados esa chica?", refiriéndose a la jefa del organismo previsional. Nadie duda que Raverta habría querido dar mejores noticias. Tampoco se puede acusarla de impulsar una caída en los ingresos reales de los pasivos, sino todo lo contrario. Pero así y todo, y sabiando que Raverta es CFK, Bonafini atacó sin filtros.

“Me da risa porque dijo que le aumentó a los jubilados. Me gustaría hablar con Raverta, a ver qué puedo comprar con mi sueldo de jubilada”, dijo  en una entrevista que brindó a AM 530.

Como el título de la película, la jefa de la Anses habrá soltado una queja: "¿Qué he hecho yo para merecer esto?".

No se puede eludir que el kirchnerismo duro y puro lleva como una cruz el opaco entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para restructurar la deuda. En otros tiempos la carestía se disimulaba, ahora es cada vez más difícil. 

Un símbolo del ascenso social en pleno descenso

El Procrear debe ser uno de los emblemas más recordados y añorados de la "década ganada". Junto a la AUH y a otros programas le permitió al kirchnerismo obtener mucho reconocimiento de los sectores medios de ingresos menores, que estaban imnposibilitados de soñar con el techo propio y el indudable progreso material que consituye la primera casa familiar. 

En esta etapa el Gobierno puso al frente del programa a un reconocido técnico que también, vale aclarar, es vecino de La Plata: Luciano Scatolini.

Sobre hábitat, vivienda, y todo lo que incluyen las llamadas "políticas territoriales", Scatolini es uno de los profesionales más idóneos de la Argentina. Y quienes lo conocen destacan que tiene don de buena persona, honestidad y humildad, a diferencia del funcionariado post macrista del peronismo versión CF (Capital Federal). 

Es evidente que lo que pasa en la región, donde se formó como profesional, es bien seguido de cerca por el funcionario. Ya participó de varias actividades en La Plata, Berisso y Ensenada. Llega cada tanto a esta región y prepara con los intendentes peronistas (mario Secco y Fabián CagliardI) actos que "estimulan las esperanza", por decirlo de alguna manera.

Antes se "estimulaba la esperanza" cortando cintas o mediante grandes anuncios, pero el viernes el peso de la carestía conminó a Scatolini a participar de una imagen pobre. En un breve acto (ahora entenderán por qué lo de breve) , entregó escrituras a familias de Berisso para comprar lotes y construir viviendas. En total puso en manos de los beneficiarios unas 10 (diez) carpetas (cinco más cinco). Y sobre el escenario había 10 (diez) funcionarios, uno por carpeta.

Para colmo, las grietas dentro del Frente de Todos (FdT) trasladan a estos eventos las fotos simbólicas que la militancia comparte como caramelos en sus redes. Dos de los que aparecen en la foto son concejales de La Plata (Cintia Mansilla y Juan Manuel Granillo Fernández), ni siquiera son de Berisso. Pero Scatolini tiene vínculos con Victoria Tolosa Paz, que es quien conduce a ambos ediles en la capital bonaerense. Hace lo que puede.

En otros tiempos les habrían cerrado el escenario a los platenses. Ahora es todo río revuelto, números en rojo  y no hay mucho más que exhibir. Y cualquier fondo para un jefe comunal es como agua fresca.

Ni Scatolini ni Raverta merecen tanta carestía. Y el resto, los que escribimos, levantamos paredes o trabajamos de lo que se pueda, mucho menos.

Habrá que ir acostumbrándose porque como dicen los animadores de espectáculos, esto recién empieza.