miércoles 25 de junio de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 19 feb 2022

De Caracas a La Plata, una crónica migrante de un venezolano en la Argentina

Se llama Rogelio Zafra y llegó al país en enero del 2017


Por: Federico García

"El derecho a la migración es esencial e inalienable de la persona y la República Argentina lo garantiza sobre la base de los principios de igualdad y universalidad", señala el artículo 4 de la ley de migraciones nacional. En los últimos años, el país ha sido lugar de recepción de muchos venezolanos y venezolanas que han decidido migrar por varios motivos. 

Hasta julio de 2021, según el Portal de Datos sobre Migración, se registraban en América del Sur 4,1 millones refugiados y migrantes de Venezuela, de los cuales el 43 % se encontraban en Colombia, seguida de Perú con 830.000 y de Chile con 455.500 (R4V, 2021).

Uno de los venezolanos que decidió migrar fue Rogelio Zafra, un profesor de escuela primaria jubilado que llegó de Caracas, capital de Venezuela, a la Argentina el primero de enero del 2017 junto a su hija.

Actualmente vive en La Plata y trabaja como remisero. Del Estado venezolano le depositan dos pensiones de sus anteriores trabajos como docente, con las que paga una parte de las expensas de su departamento en ese país.

La hija con la que llegó a la Argentina estudia en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP),  pero también tiene otra hija viviendo en Chicago, Estados Unidos y otro hijo que llegó al país hace casi tres años para estudiar Ciencias Políticas en Capital Federal. Además, en su país Rogelio tiene nueve hermanos con sus familias y a su esposa.

La decisión de mudarse fue para que su hija pudiera continuar sus estudios universitarios en fotografía y cine. Si bien aseguró que en Venezuela hay universidades públicas muy buenas,  también eran necesarios “ciertos parámetros para poder entrar” y la educación privada “era impagable”. Según le contó a Info Blanco Sobre Negro, en Venezuela Rogelio tenía dos trabajos y un nivel de vida “bastante alto”.

“Con mi esposa pudimos criar a nuestros tres hijos y comprar todo lo que hiciera falta, además de tener un auto. De eso pasamos casi a la indigencia, se necesitaba mucha plata para mantenerse. Mantuvimos un alto nivel hasta el 2010, a partir de ahí se convirtió en algo muy limitante. Mis tres hijos estudiaron en colegios privados y con el menor tuve que pedir una beca para que pudiera ir a la escuela”, añadió Rogelio a este medio.

“El objetivo principal de venir fue que mi hija pudiera continuar sus estudios universitarios porque se estaba volviendo complicado en Venezuela”, recordó Zafra.

“Huímos del sistema político imperante y de muchas carencias, y Argentina ofrecía estudios universitarios de forma gratuita y una radicación fácil”, comentó Rogelio sobre la elección a la hora de migrar. Sobre su estadía, el profesor venzolano manifestó que hasta el momento fue “muy fructífera y reconfortable”.

Pero Rogelio no es el único que llegó a La Plata proveniente de Venezuela. Según los datos oficiales son entre 5 mil y 5.500 los venezolanos registrados en la ciudad. No obstante, las estadísticas pueden ser “un poco engañosas”, aclaróó Zafra, porque muchos hicieron los trámites en la ciudad pero luego se fueron a otros lugares. 

Quizás tenga que ver con su militancia en el Partido Democrático de Venezuela, o su necesidad de ayudar, pero a Rogelio le bastaron un par de meses en Argentina para comenzar a pensar en darle una mano a sus compatriotas.

“Cuando empecé a ver que había alguna carencia o necesidad de información pensé en ayudar, eso fue a partir de julio de 2017”, comentó Zafra, y destacó que, junto a otros venezolanos y venezolanas, se reunieron y armaron una asociación “que no solo da contención emocional sino también información y orientación sobre los trámites burocráticos en la Argentina”. Justamente, sobre este último punto hay una problemática que “excede al gobierno argentino”, aclaró Rogelio.

“Hay muchos problemas con la documentación en Venezuela. Muchos de mis compatriotas han venido con los documentos vencidos a la Argentina, y el pasaporte venezolano es uno de los más caros del mundo”, aseguró Zafra.

“La falta de documento priva de muchas cosas, incluso de acceder a empleos mejor remunerados”, detalló el profesor, y destacó que “el venezolano que llega a La Plata lo hace con muy pocos recursos y el trabajo que tiene dificulta el acceso a los documentos que, en total, cuesta unos 280 dólares”.

El otro problema que tienen muchos migrantes de Venezuela, según le contó a este medio Rogelio, es la convalidación de sus títulos universitarios.

“El proceso es engorroso y además están los costos de los exámenes para la validar los títulos”, indicó Rogelio, que de todas formas aclaró que no le parece mal que se realice la prueba “pero estaría bueno que sea más accesible desde lo económico”.

La formación académica en su país muchas veces no garantiza un trabajo acorde, según Rogelio. “Aunque la mayoría de los venezolanos encuentra empleo, muchas veces no guarda relación con la actividad que ejercían en Venezuela”, aseguró Zafra. De todas formas, muchos se las arreglan para poder mantenerse acá en la Argentina y enviar algo de dinero a sus familiares en su país.

Sobre este último punto, el referente venezolano sostuvo que “en La Plata si bien no todos pueden compartir parte de lo que ganen con su familia en Venezuela, muchos sí lo hacen”.

A la hora de enviar divisas “no necesariamente hay que comprar dólares”, aseguró Rogelio y señaló que “en las casas de cambio que se han formado a partir de la necesidad de los venezolanos de enviar dinero se mandan pesos argentinos y a Venezuela llegan bolívares”. 

 

“El flujo migratorio no ha parado en Venezuela”

Este último punto tiene que ver mucho con la economía. Se puede enviar dinero en la medida que se pueda y, en este punto, a muchos venezolanos se les está haciendo difícil su estadía en Argentina y deciden volverse o irse a otro país. “A nivel nacional llegaron a ser más de 207 mil y luego, en el 2020, bajo a 178 mil”, aseguró Zafra, y agregó que “muchos han preferido irse a otros destinos”.

Rogelio analizó el porqué de esta decisión y sostuvo que muchos de sus compatriotas ven en Argentina cuestiones que se parecen a lo que pasó en Venezuela “como la falta de oportunidades y el modelo político que apunta a algo similar” a lo que sucedió en dicho país.

“Eso ha asustado a muchos venezolanos que han decidido volverse a Venezuela, a Uruguay y Chile”, deslizó Zafra, pero aclaró que si bien varios de sus compatriotas se volvieron a Venezuela fue “con la única intención de hacer un parate allá y luego seguir viaje a Europa o Estados Unidos”.

“El flujo migratorio no ha parado en Venezuela”, aseguró el profesor y padre de tres hijos, e indicó que actualmente “hay una familia compuesta por cinco personas en Jujuy que viene hace dos meses rodando y la han pasado muy mal durante el trayecto”.

“Están pidiendo ayuda para quedarse en esa provincia. En todo el país y en la mayoría de las provincias se armaron comunidades de venezolanos desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Este flujo migratorio, aunque haya una mejora en Venezuela, sigue estando. También se conoció el caso de un grupo de personas que querían migrar a Trinidad y Tobago, y los recibió la guardia de allá a tiros matando a un bebe de ocho meses”, informó Zafra.

“La familia que está en Jujuy llegó al país muy atemorizada por lo que les había pasado en Bolivia donde intentaron raptar a una de las hijas”, comentó Rogelio sobre las situaciones que viven varios migrantes para llegar a destino.

“El movimiento migratorio no para, de Venezuela siguen saliendo personas”, aseguró Rogelio, y volvió a remarcar que “el tema de la documentación es engorroso”.

“Argentina es uno de los países que menos ha recibido migrantes venezolanos mientras que en Chile hay cerca de 400 mil, en Perú 800 mil, en Ecuador 600 mil, en Colombia casi 2 millones”, comentó el profesor de primaria, que está pronto a iniciar su nacionalización.

Entre Venezuela y Argentina hay 4.674,95 kilómetros. Rogelio, si bien tuvo demoras para sacar el pasaje, llegó al país en avión y, según sus palabras, fue “muy afortunado”. Pero no siempre es así.

“Hay compatriotas que tardan siete días o más porque lo tienen que hacer en micro e incluso hay anécdotas de venezolanos que han llegado a pie”, concluyó Zafra.

Migrar no es una decisión fácil, implica dejar atrás una familia, costumbres y proyectos de vida pero quizás se haga un poco más fácil si se transita el desarraigo junto a compatriotas que pasan por lo mismo. Y en eso trabaja todos los días Rogelio, en intentar dar una mano a sus coterráneos. 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias