

Ana García Munitis egresó en el año 1987 de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) como profesora de Ciencias de la Educación.
En esa unidad académica Munitis trabajó en la Cátedra de Psicología Educacional . Fue durante la época de la normalización de la UNLP tras salir de la última dictadura cívico militar. Y en el año 1989 entró a trabajar por primera vez en el Colegio Nacional de La Plata, lugar en el que actualmente es directora.
Ana es una de las tantas mujeres que ha logrado llegar a un puesto de jerarquía en la Argentina, un lugar que a pesar de los avances en materia de igualdad sigue siendo difícil de alcanzar para muchas de ellas por un fenómeno denominado “techo de cristal”.
Según datos oficiales del año 2020, en la alta dirección pública había un 44 % de mujeres y un 55 de varores, mientras que si se escala a las autoridades superiores la brecha se agranda. El porcentaje de las mujeres, en ese caso, se reduce al 22 % y el de los hombres sube al 78.
No obstante, en el 2021 la Argentina alcanzó un puntaje del 55,6 en el Índice de Paridad Política llevado adelante por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la ONU Mujeres, IDEA Internacional, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y el del Interior, que en el 2016 le había dado a la Argentina un puntaje global de 44,7 sobre un total de 100 puntos.
De acuerdo a un estudio del mismo año realizado por la consultora KPMG y la Revista Mercado, de las 500 empresas con mayores ingresos en Argentina sólo el 8 % de los cargos directivos se encuentran ocupados por mujeres. Algo parecido pasa en la UNLP, que tiene sólo siete mujeres en el máximo cargo académico entre todas sus unidades educativas de grado y pregrado.
Una de estas siete es Ana García Munitis, que fue parte de la lucha política para que los colegios de pregrado de la Universidad sean parte del consejo superior y accedan a la “ciudadania universitaria”.
La primera mujer en dirigir el Colegio Nacional fue la profesora Graciela Ibarra, que asumió en el año 1983 y culminó su mandato en 1992. Fue sucedida por su par Graciela Merino, que estuvo hasta el año 1995.
Más tarde llegaron Sara Pérez de Vargas (1996 – 1998), María Elena Aramburú (2001 – 2004), María José Arias Mercader (2010 – 2014) y finalmente Ana García Munitis, que culminará su mandato en junio de este año.
Antes del 2007 las autoridades de los establecimientos de pregrado de la UNLP eran elegidas por el presidente de la institución. Con la reforma del estatuto de la UNLP, llevado adelante en el 2008, eso cambió.
“Cuando se comenzó con la reforma se empezó a pensar de qué forma los colegios de pregrado podían acceder a la ciudadania universitaria, es decir que estén en el consejo superior y sus autoridades no sean puestos por el Rectorado sino por elección directa de sus integrantes”, recordó García Munitis.
Además de los encuentros y debates que se llevaron adelante en aquel entonces, la docente destacó que la resolución para que los colegios de pregrado formen parte de la vida activa de la Universidad “fue una decisión política que tomó el Rectorado".
Antes de llegar a ser la máxima autoridad del histórico establecimiento que lleva el nombre de Rafael Hernández, García Munitis también trabajó en la dirección académica del colegio durante la gestión como director de Fabián Salvioli entre 1998 y 2001.
“Por cuestiones familiares viví en el exterior un tiempo y cuando volví trabajé en el área académica del colegio y después volví al Departamento de Orientación Educativa. En el 2014 terminé al frente del Nacional y fui reelecta en el 2018”, recordó Ana.
Si bien la profesora de Ciencias de la Educación destacó que siempre estuvo convencida de la importancia del pregrado en la UNLP y de la educación pública, no pensaba que llegaría a ser directora del Colegio Nacional pero una vez allí pudo plasmar “el principio reformista de la Universidad”.
Ante la consulta de este medio de si alguna vez había sentido algún tipo de presión o discriminación por ser mujer, García Munitis señaló que “nunca” lo sintió, aunque destacó que está convencida de la importancia que tiene la paridad de género” y dicha convicción de igualdad le ha costado “porque no todos piensan de la misma manera”.
Por otro lado, la directora del Colegio Nacional manifestó que los jóvenes deben tener en claro “la importancia de la paridad” y el valor de “luchar para lograr los objetivos”, además de ponderar la particularidad de que un establecimiento “que fue tan masculino” haya sido dirigido por varias mujeres.
“El 8 de marzo representa la resignificación de la mujer en los distintos roles que debe ocupar y es sumamente importante. En los últimos años se ha avanzado bastante y aún queda mucho por avanzar., indicó García Munitis.
“Más mujeres en lugares de decisión es un camino que hay que recorrer a partir de nuestra lucha y la de los varones que acompañen, cuya participación también es importante. Somos todos iguales y partimos del mismo lugar”, concluyó la docente, y agregó que para poder lograr esos objetivos “hay que cortar con la cultura machista”.