Gustavo Posse, Federico Storani y Juan Manuel Casella presentaron ante más de 200 afiliados el espacio Acción Radical en La Plata, que tendrá su sede en Avenida 7 entre 522 y 523.

En la inauguración del espacio liderado por el dirigente local Hugo Armellino, Posse pidió a la conducción partidaria bonaerense que haga "una convocatoria de buena fe" para que "el partido pueda estar unido".

Además, el intendente de San Isidro solicitó que no se den "más situaciones como la que pasó en La Plata hace unos días", en referencia  al encuentro de gobernadores radicales y diputados nacionales para hablar del área Metropolitana y Conurbano.

"No había representantes de esa región y además no estaba convocada la otra mitad", dijo en alusión a la lista que el lideró en las elecciones internas del 2021 y en las que obtuvo el 49%.

Ante más de 200 afiliados que estuvieron presentes en la localidad de Tolosa, Posse dijo que "es inexplicable cómo el radicalismo en Juntos por el Cambio no pudo participar de la votación del presupuesto y esto ocurrió por falta de conducción". 

Por su parte, Federico Storani afirmó que la idea de ese espacio es "rescatar a la política como un instrumento de transformación", y advirtió que el objetivo del radicalimo "no es sólo la lucha por el poder, es alcanzar el poder para llevar adelante las ideas que nos identifican".

Luego alertó sobre la posibilidad de estar "ante dos extremos". También señaló  que el desafío en ese contexto no es "elegir" , y explicó: "Podríamos estar casi produciendo un suicidio político en Argentina. Me refiero al kirchnerismo por un lado y por el otro un político que trata de hacer política desde la anti política, que se presenta como nuevo, pero en realidad lleva banderas antiguas y anacrónicas y reaccionarias de muy mala historia".

Finalmente, Juan Manuel Casella, remarcó que “hay una situación complicada con mucha gente excluida", y que "el radicalismo impulsa ideas de justicia y libertad que deben ser de aplicación inmediata en la Argentina”.

“Milei es un personaje que aprovecha el sistema para destruirlo. Usa la política para destruir la política. Eso no sólo es éticamente incompatible, sino que significa un riesgo enorme para una democracia que nos costó mucho consolidar", finalizó.