

Este 18 de junio se celebra el Día de la Gastronomía Sostenible, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para valorar los ingredientes y productos de temporada, y contribuir a la preservación de la vida silvestre y las tradiciones culinarias.
El magíster y docente de la carrera de Nutrición de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, Sebastián Blasco, destacó al respecto que en las últimas décadas se ha perdido contacto con aquel ritual alrededor de la cocina donde se comparten recetas, historias, anécdotas y emociones.
"Actualmente, comemos solos frente a una computadora, en la cama viendo una serie, comemos parados en la calle, en el auto de camino a una reunión", señaló el especialista y recordó al biólogo español Faustino Cordón quien decía que “cocinar hizo al hombre”.
"Eso significa que el acto de cocinar nos arrojó a la cultura. No es casual que el vocablo comer, proveniente del latín comedere, sugiera la idea de ingerir con otro. El acto de comer es, ante todo, un acto social", detalló Blasco.
El periodista Michael Pollan detalló en su libro Cocinar que el tiempo destinado a esta actividad, en Estados Unidos, se redujo a la mitad desde los años sesenta limitándose actualmente a unos 27 minutos diarios.
Sin embargo, agregó Blasco, es cada vez más alto el consumo de programas televisivos dedicados a la temática gastronómica. "A este fenómeno lo denomino “la paradoja alimentaria”, donde más allá de las limitaciones de tiempo que encontramos para cocinar aún no estamos preparados para que esa actividad desaparezca de nuestras vidas por completo", subrayó el docente de la Universidad Austral.
Para Blasco, en una época de deliverys y comidas pre-fabricadas pareciera que no es posible desprenderse del todo del acto de cocinar. "Hoy tenemos la posibilidad de mirar hacia el pasado y tal vez, encontrar allí algunas claves que nos permitan ir hacia el futuro con una mayor consciencia sobre nuestra alimentación", destacó el profesor.
"Celebrar este día es reconocer a la gastronomía como una expresión de la diversidad natural y cultural del mundo. Acorde a la Organización de las Naciones Unidas, la gastronomía sostenible celebra los ingredientes y productos de temporada, y contribuye a la preservación de la vida silvestre y las tradiciones culinarias", aseguró Blasco.
En este sentido, el especialista añadió que la cuarentena ha desafiado a muchas personas a volver a encontrarse en la intimidad de su consciencia, y resaltó que no resulta casual la inmersión de gran parte de la población en el arte de hacer pan.
Blasco detalló que, según estadísticas de Google, durante el confinamiento por la pandemia de SARS-CoV-2 se multiplicaron por diez las búsquedas en Internet sobre cómo elaborar este producto, y hasta tres veces, sobre cómo hacerlo a partir de masa madre.
"Justamente el pan de masa madre nos presentó un vehículo para lograr un retorno a lo esencial. El contacto con el agua, la harina. El manejo del tiempo. La espera. Fue volver a poner las manos en la masa ligándonos a un ritual ancestral que nos acompañó durante gran parte de la historia", reflexionó el docente universitario.
Por último, Blasco destacó que "desde hace varios años viene emergiendo desde Europa un movimiento que nuclea a muchos cocineros y restauradores que se oponen al auge del fast food para hablar de una cocina “lenta”, consciente, auténtica; una cocina que ennoblezca los productos, que se encuentre en sintonía con la naturaleza, que salvaguarde la esencia de la materia prima, que se oriente hacia la sustentabilidad, que rescate viejas recetas del pasado, que privilegie lo artesanal. Una cocina real".