Este 4 de julio se conmemora el día mundial de los delfines en cautiverio, cuyo objetivo primordial es terminar con la privación de libertad de este tipo de animales y el cierre de todos los delfinarios que existen actualmente en distintos países del mundo.

Algunos países ya han reconocido a los delfines como especies de un valor extraordinario para la humanidad. Por ejemplo, en la India son vistos como seres no humanos que no pueden ser usados para la explotación y donde ya se han declarado algunos derechos especiales para su protección.

El primer país que tomó la firme decisión de prohibir los delfinarios fue Costa Rica. A él se unieron Brasil, los Estados Unidos, Israel, Inglaterra, entre otros.

Con dicha decisión se busca dignificar y salvar la vida de una especie única, que ha mostrado claros indicios de poseer una inteligencia sobrenatural.

En el mar, los delfines nadan 100 kilómetros por día, la velocidad media con la que el delfín nada es de  5 a 13 kilómetros por día. Algunos pueden nadar a velocidades de hasta 32 kilómetros por hora. La gran mayoría del tiempo pasan bajo el agua, sólo el 10-20 % del tiempo en el «aire».

Los machos pueden alcanzar la madurez reproductiva a la edad de 11 años, y las hembras a la edad de 12. El periodo de apareamiento es generalmente en primavera. Durante el período de apareamiento, los delfines machos compiten vigorosamente entre ellos para mostrar su fuerza y ​​tamaño.