

Tras conocerse la noticia de la reaparición del misil que había sido robado en La Plata dentro del destacamento del Ejército en la localidad de Arana, se conocieron diversas conjeturas y teorías sobre lo sucedido.
Radio Don en su sitio web señaló que la noticia "exhibe que aquel robo fue una maniobra de poca monta, casi seguro realizada por suboficiales de la unidad".
Y agregó: "El indicio más elocuente es que ni siquiera sacaron el misil de La Plata, sino que lo enterraron ahí cerca: no buscaron usarlo, sino que el objetivo era el robo mismo. En aquel momento, cinco días antes de la muerte de Alberto Nisman, ya estaba claro que se trataba de una interna en Arana porque el TOW (misil teleguiado por sus siglas en inglés) no se podía utilizar sin la base de lanzamiento, que no se robó. O sea que, según parece ratificarse ahora, todo consistió en apuntar contra el mayor que encabezaba la unidad, a quien la sustracción obviamente le costó el cargo".
El mismo medio recordó que "tras el robo del 12 de enero, el entonces jefe del Ejército, César Milani, habló durante el fin de semana con uno de los directores de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Fernando Pocino –se trataba de un caso que podría haber estado vinculado con terrorismo–, y la Justicia intentó utilizar ese diálogo para relacionarlo con la muerte del fiscal Nisman, el domingo 18 de enero de 2015".
UN MISIL EN LA PLATA
— MARCELO FAVA (@MARCELOFAVAOK) July 15, 2022
Con un perímetro de varias cuadras a la redonda, hicieron explotar el misil hallado ayer en Los Hornos. Es el que habían robado en 2015 en la guarnición militar de Arana. pic.twitter.com/zPIR1hop1D
Un grupo de trabajadores que realizaba trabajos se topó el jueves con algo metálico enterrado en las inmediaciones de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Pensaron que el artefacto podía explotar, pero necesitaría estar en la base de lanzamiento, si ella es solo un objeto.
"El hallazgo del TOW en Los Hornos demuestra que aquel robo, muy probablemente, fue una operación de suboficiales contra el jefe del batallón de Arana. Por entonces se decía que el misil podía lanzarse contra un blindado o que podía usarse para un atentado, lo que produjo lógica alarma e incluso una denuncia de la DAIA, pese a que el artefacto no tenía la base para ser lanzado", señaló el mismo medio.
Y agregó: "La sustracción no fue difícil. El depósito estaba cerrado, pero había forma de vulnerar la seguridad con una escalera, sacando después el misil con una cuerda. La consecuencia era cantada: el jefe de la unidad, un mayor, fue puesto en disponibilidad, lo mismo que el encargado del depósito. En ese entonces también se pensó que el robo apuntaba contra el jefe del Ejército, César Milani –un general peronista, algo que disgustaba a numerosos sectores–, o contra el ministro de Defensa, Agustín Rossi. Sin embargo, la responsabilidad por una sustracción así no golpeaba tan alto".