

Por: Federico García
Gerardo Silva Webb hasta hace poco estudiaba Ciencias Astronómicas en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Licenciatura en Musicoterapia en la Universidad de Buenos Aires (UBA) hasta que, a través de una vecina marplatense, se anotó para trabajar en el área de turismo de Qatar, la sede del próximo Mundial de Fútbol.
Una empresa local facilita el contacto con hoteles, básicamente con el Marriot. “Yo me enteré por televisión, me presenté con mi curriculum y ellos me facilitaron el contacto con el hotel”, recordó Silva en diálogo con Info Blanco Sobre Negro.
El contrato es por el plazo dos años y el estudiante de la Universidad Nacional de La Plata ya llevas seis meses y medio, por lo que ya pasó el período de prueba.
“No es que sean períodos de contrato cortos para la organización del Mundial, acá se viene a trabajar para el hotel", aclaró el estudiante, y advirtió que si alguien pensara en ir a buscar empleo por el Mundial sería es "una pérdida de plata y puede salir mal”.
Al entrevistado por este medio, además del salario le brindaron alojamiento compartido, comida, seguro médico y transporte, aunque a veces, lamenta, puede llegar a viajar en total "más de nueve horas diarias" debido a su rol en la empresa que lo contrató.
Sobre las distancias que le toca recorrer habitualmente, Gerardo explicó que cuando no hay tráfico se puede llegar a destino en 15 minutos pero cuando sí lo hay se puede llegar a tardar media hora o más.
"De todas formas, son cortos los tiempos de viaje porque es un país chico. La ciudad más grande es Doha, la capital, y hay otros 'Departamentos' pero casi no tienen población, hay instalaciones militares o petroleras. En la capital, casi del tamaño de La Plata, está todo y también están los ocho estadios donde se jugarán los partidos del Mundial", detalló.
En cuanto a otras particularidades de Qatar, el entrevistado contó a Info Blanco Sobre Negro que la semana laboral es de domingo a jueves, mientras que los días viernes y sábado son "fin de semana".
Otro aspecto llamativo de la cultura qatarí, según cuenta Silva Webb, es que entre hombres no se puede demostrar “demasiado afecto” en la vía pública. Y aunque aclara que "la gente del lugar no dirá nada" es probable que llamen a la Policía porque "no está permitido por ley".
Obviamente, en la charla se ponen de relieve costumbres y usos de la religión mayoritaria, que es el islamismo. El país está gobernado por una monarquía en la que el líder es el Emir, y casi todas las empresas son de la familia real. "Prácticamente no hay inversión privada", señala el estudiante de la UNLP.
Además, destaca en la charla que el 80 % de la población de Qatar no es qatarí y que si bien los que son nativos reciben casi un salario mínimo (que está un poco por encima de los 2500 dólares) los que no lo son (y que provienen de la India, Bangladesh, Sri Lanka o Nepal) trabajan en su gran mayoría en la construcción, "y aunque no se los vea pidiendo comida sí se los puede llegar a ver durmiendo en la calle de día, ya que trabajan de noche por el calor".
“Está muy normalizado el trabajo precario y eso fui mi mayor shock cuando vine”, resaltó Silva, y agregó que también “hay mucha polución y salarios bajos”.
Al recorrer las calles de Qatar lo que abundan son restaurantes indios, turcos, afganos, entre otros países de Asia Central. "La comida local no es demasiada, más que nada tienen gran variedad de panes, alguna que otra salsa como el humus o una salsa con berenjena, garbanzo y yogur. La salsa de yogur ácido, con limón, es bien árabe. También hay sandwiches de papas fritas u omelette, además del clásico shawarma o sándwiches de pollo", explica el entrevistado.
“El dato curioso es que toda la carne tiene seguir un determinado proceso (halal), un corte específico que está indicado en el Corán”, detalló Silva.
Y agregó: "Todos los productos cárnicos o aquellos que llevan algo de carne tienen que estar haber llevado adelante este método, de lo contrario los musulmanes no lo consumen".
En cuanto a la liga de fútbol local, Silva opinó que “no es muy entretenida pero los estadios son una locura y tienen aire acondicionado”.
Si bien ahora se está yendo el verano, en Qatar la temperatura puede llegar hasta los 40 grados de día e incluso estar en 32 a las 12 y media de la noche. “El mes pasado tocó el pico de cincuenta, por eso se está casi todo el día adentro con el aire”, resaltó Silva.
Sobre los servicios públicos del país, el alumno de la UNLP manifestó que “se nota la influencia estadounidense en los carteles de tránsito y todas las calles están siempre en construcción, por lo que siempre hay polvillo".
A su vez, el estudiante de la UNLP destacó que el metro “es totalmente nuevo, barato y rápido, y va por toda la ciudad, desde el aeropuerto hasta los ocho estadios”, y también tiene extensiones que llevan por ejemplo a la ciudad de Lusail, donde se jugará la final del Mundial.
Además, por usar el metro todos los demás viajes que se hagan son gratis y es probable que se pueda durante todo el día para el Mundial. Las distancias, si bien depende de la hora, son de como mucho de una hora.
Silva también contó que en Qatar “la salud es privada y bastante cara" por lo menos para los extranjeros, que encima no se pueden nacionalizar y si tienen hijos en Qatar tampoco serán qataríes porque solo aquellos cuyos padres son nacidos allí".
Sobre la inseguridad, destacó que a él nunca le ocurrió "nada" y comentó: "Acá les gusta que las calles no sean tan luminosas, y algunas son muy oscuras. Pero no pasa nada, lo mismo con los empleados del café que van con plata en mano y tampoco pasa nada, y he escuchado de gente que se ha olvidado billeteras, cámaras y carteras en el centro y se les han devuelto".
Con relación a la vestimenta típica de los qataríes, los hombres van vestidos todo de blanco y la mujer de negro, y sobre su personalidad "en general son buenos”, comentó.
Entre las cosas que más hacen los qataríes en sus ratos libres, por otra parte, es ir a tomar café. “Van en sus autos lujosos y se sientan en cafeterías lujosas que imitan a galerías europeas porque así es su forma de seducir, ya que su cultura no permite la relación entre hombres y mujeres que no se conocen".
“Sin generalizar, son generosos y mucho más dramáticos que nosotros, les gusta quejarse y hacer drama”, agregó Silva, y manifestó que a varios “les gusta mostrar todo lo que tienen, a veces piden mucho aunque no lo vayan a consumir para demostrar que lo pueden pagar”.
Por último, el estudiante de Ciencias Astronómicas de la UNLP destacó que la primera respuesta que recibe cuando cuenta que es de Argentina “es el fútbol, Messi, Maradona, Batistuta, Di María". Aunque aclaró que los qataríes "dicen algunas pocas palabras en español" no obstante "muchos no saben dónde queda el país en el mapa mundial”.
Por último, cuando lo consultamos sobre la cantidad de argentinos que residen en Qatar, Silva manifestó que por lo menos en su grupo de WhatsApp son "alrededor de 250" y concluyó: "Cada vez vienen más, y también hay de Perú, Ecuador, México, Venezuela y Colombia".