lunes 5 de mayo de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 10 oct

Aparecieron tres ballenas muertas en el Golfo Nuevo de Chubut

Ya son 18 los cadáveres de esta especie que aparecieron en las costas de Península Valdés.


Durante el último fin de semana, aparecieron tres ballenas muertas en el Golfo Nuevo de Chubut y ya son 18 los cadáveres de esta especie que aparecieron en las costas de Península Valdés desde el pasado 24 de septiembre, fecha en la que se registró el primer hallazgo.

El avistamiento de los nuevos cuerpos sin vida fue confirmado por el biólogo Mariano Coscarella, investigador del Centro Nacional Patagónico, que reveló a la Agencia Télam que “efectivamente este fin de semana se encontró primero una y luego dos en las zonas conocidas como Ameghino y Piagio, al este de El Doradillo, en cercanías de Puerto Madryn sobre el noreste del Chubut”.

"Eso no significa que hayan muerto recientemente porque los cuerpos flotan en el golfo por la gran cantidad de grasa acumulada y solo se cuentan las que llegan a la costa, como ocurrió en este caso”, especificó el especialista.

A su vez, investigadores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, llevado adelante por el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), trabajan sobre la hipótesis que relaciona estas muertes con la intoxicación por floraciones algales nocivas, conocida como mareas rojas, ya que en muestras de plancton y bivalvos del lugar se detectaron niveles muy elevados de biotoxinas.

De acuerdo al estudio, la aparición de los tres nuevos ejemplares es parte del fenómeno que se comenzó a observar hace 15 días y estiman que los cadáveres encontrados este fin de semana no son recientes porque los niveles de toxina medidos en bivalvos y en muestras de agua disminuyeron ostensiblemente desde la semana pasada.

Al respecto, el director de Flora y Fauna del Chubut, Fernando Bersano, informó a Télam que “las unidades de toxina para el Golfo Nuevo bajaron de 18.000 a 2.700 Unidades Ratón (UR)”.

Las muertes pueden encontrar explicación en los hábitos alimentarios de la ballena Franca Austral (Eubalaena australis) que suele consumir Copépodos (pequeños seres identificados como zooplancton) en los últimos meses de la temporada, es decir octubre y noviembre.

“La ballena es una gran filtradora, come de esa manera, y al buscar los copépodos introduce también en el organismo microalgas con cargas de toxinas”, teorizó el biólogo.

Se sabe que en un humano adulto el consumo de 10 mejillones contaminados por marea roja puede ser fulminante, pero aquí se trata de ejemplares con un peso que supera los 30.000 kilos, lo cual revela el alto nivel de toxinas que se ubican en registros históricos.

Vale destacar que en el 2015 y en el 2021 también se produjeron muertes, producto de la marea roja, aunque no en tan poco lapso de tiempo como en esta temporada, y no se descarta que aparezcan más cadáveres de ballenas en la costa.

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