

En los últimos días, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, habló sobre los tres objetos voladores derribados en los últimos días en Estados Unidos y afirmó que "podrían ser globos que simplemente estaban vinculados a entidades comerciales o de investigación y, por lo tanto, inofensivos".
Mientras el gobierno de Joe Biden aborda esto último, poco se habla del accidente ocurrido el 3 de febrero pasado en East Palestine, Ohio, cuando un tren de carga de 150 vagones de Norfolk Southern, que transportaba productos químicos peligrosos y otros materiales, descarriló en la ciudad.
Si bien algunas fuentes ambientalistas la catalogan como una de las mayores catástrofes ambientales del país del norte, poco se sabe sobre la noticia e incluso algunos aseguran que el tema de los ovnis en territorio estadounidense sería una cortina de humo para que no se hable del mencionado episodio.
Al respecto, Info Blanco Sobre Negro se puso en contacto con el profesional en Química y Salud Ambiental colombiano, Luis Maestre, que viene siguiendo el tema desde el primer momento y señaló que el descarrilamiento “se debió a un cambio de frenos, no los cambiaron cuando los tenían que cambiar por el carril”.
“Si se la declara, porque se está manteniendo oculto, sería la mayor catástrofe de todo el continente americano y se habla de un 'Chernobyl químico'”, aseguró Maestre.
Según fuentes cercanas a la investigación, el tren cargaba benceno, un elemento muy inflamable, y cloruro de vinilo, precursor del PVC y del plástico.
Todo el pueblo, de cinco mil habitantes, fue evacuado tras el desastre, aunque desde ayer muchas personas están retornando de a poco, según detallaron desde la Gobernación del Estado.
“Muchos tienen miedo de la contaminación del agua, el aire, el suelo”, señaló Maestre, y detalló que “en un primer momento se quemó parte del cloruro de vinilo de manera controlada y parte se tiró al río Ohio”, que además informó que sobre el conductor “no hay noticias
“Al quemar el cloruro de vinilo se generó un humo negro y se formó otro compuesto químico que es el fosgeno, aún más tóxico e irritante para las vías respiratorias de las personas y de los animales”, concluyó el ambientalista, y agregó que “se vieron afectados el agua, el suelo y el aire, así como la flora y fauna, por el derrame y por la explosión y la quema controlada de los gases que emiten un compuesto aún más cancerígeno que el cloruro de vinilo, como el fosgeno”.
“Todo se ha mantenido oculto, somos las personas inquietas que a través de las redes sociales se está buscando la información”, finalizó Maestre.
Por último, en un comunicado de prensa del 13 de febrero, la compañía dijo que había donado un millón de dólares a más de 700 familias para cubrir los gastos en los que incurrieron debido a sus evacuaciones y que estaba en proceso de brindar ayuda a las empresas locales.
La compañía dijo que hasta ahora ha completado más de 340 pruebas de aire en el hogar con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, que no han "mostrado ninguna detección de sustancias relacionadas con el incidente y no indican un riesgo para la salud".
Además, la empresa confirmó que está esperando los resultados de las muestras tomadas de los pozos de suministro de agua potable, el sistema de agua y los pozos privados en las áreas potencialmente afectadas, y ha comenzado a excavar el suelo del lugar del accidente y tomará muestras del suelo antes de desecharlo.