

Hasta hace poco, esta palabra no tenía ningún significado. Hoy, la gamificación ha invadido la vida real: está en la base de todo sistema, desde la industria automotriz hasta el comercio electrónico, es la piedra angular de toda estrategia de marketing y el eje sobre el cual se apoyan sistemas probados como la banca en línea o los asistentes virtuales. A pesar de ello, la gamificación, que debe su éxito a los videojuegos, las computadoras y las máquinas tragamonedas, mantiene su estándar más alto precisamente en el mundo del entretenimiento digital.
La gamificación se traduce principalmente en el nivel de jugabilidad, que ha crecido exponencialmente en la última década hasta convertirse en el corazón del proceso de desarrollo y programación de un juego.
En este sentido, la gamificación está especialmente relacionada con el sector de las máquinas tragamonedas en línea, en auge y ahora muy famoso entre aficionados y no tan aficionados. La innovación, impulsada por el sector de las tragamonedas, es el sistema de niveles, una técnica originada en el ámbito de los juegos arcade y que luego se extendió al mundo del gambling gracias también a la gran contribución de Starvegas.
Pero, ¿qué significa gamificación en las tragamonedas? Simplemente, agregar varios elementos para mejorar la experiencia del juego. Elementos como desafíos, misiones, bonificaciones y niveles a alcanzar son todos incentivos para los usuarios que juegan e interactúan con las diferentes plataformas.
El enfoque es el mismo que el de las redes sociales: crear compromiso. En el sector del entretenimiento, esto significa lograr la fidelización del usuario, motivándolo dentro de las sesiones de juego. Hoy en día, todos los juegos en línea presentes en las redes sociales cuentan con estos elementos, que los hacen similares a los juegos de consola más clásicos. El funcionamiento del sistema de niveles ha ido precisamente en esta dirección. Su funcionamiento es simple: se asignan puntos y monedas virtuales a los jugadores para completar ciertas actividades de juego. Estos puntos luego sirven a los usuarios para desbloquear nuevos niveles, nuevas funciones y nuevos premios. Así, se adentra en el campo psicológico y pedagógico: el conductismo, no por casualidad, hablaba de refuerzo positivo, una especie de condicionamiento operante.
Además, el sistema estructurado en niveles también ofrece un estímulo de competencia entre los jugadores: esto también ocurría en los juegos arcade, pero ahora el compromiso lo potencia aún más. Aumenta el nivel de interacción entre los jugadores, así como su interés en un título específico. Todo esto bajo el lema de la diversificación, que a su vez se traduce en variedad de juego y, sobre todo, en posibilidades de personalización. Todo lo necesario para crear compromiso. El secreto de la gamificación radica precisamente en esto.
En resumen, la gamificación se ha convertido en un elemento clave en el mundo del entretenimiento digital y en diversas industrias, mejorando la experiencia del usuario a través de desafíos, misiones y sistemas de niveles que fomentan el compromiso y la competencia. El éxito de esta estrategia se debe a su capacidad para adaptarse a diferentes contextos y mantener a los usuarios motivados e interesados, lo que ha llevado a su rápida adopción en múltiples sectores. Desde la banca en línea hasta el comercio electrónico, la gamificación ha demostrado ser una herramienta efectiva para impulsar el compromiso y la lealtad de los usuarios, a la vez que proporciona una experiencia más personalizada y gratificante.
Con el avance de la tecnología y el crecimiento constante del mundo digital, es probable que la gamificación continúe evolucionando y expandiéndose en diferentes ámbitos. Las empresas que adopten estas estrategias y se adapten a las necesidades cambiantes de sus usuarios estarán en una posición más sólida para mantener su éxito en un mercado cada vez más competitivo.