Información General | 23 jul 2016
Opinión
Déficit e inversiones petroleras: La única verdad es la realidad
Por Eduardo Di Cola, ex diputado nacional
En los albores de la gestión Macri, la devaluación más los dos primeros aumentos del combustible provocaron una fenomenal transferencia de recursos de $35.000 M en beneficio de un selecto y reducido grupo de productores y refinadores de petróleo. La tendencia pronto se profundizó al sucederle dos incrementos más, como se recordará el ultimo fue del 10%. El argumento encontraba sustento en dos pilares fundamentales. Uno en la necesidad de bajar el déficit fiscal, y el otro incrementar las inversiones en el sector energético de origen fósil.
Con relación al déficit, y según los datos oficiales del propio gobierno, en este semestre se duplicó con respecto a igual período del año pasado. Dato que no es menor si además tenemos en cuenta que Macri y Prat Gay habían denunciado que el 2015 había sido un periodo de gastos desbordados por las necesidades electorales del gobierno anterior. Respecto del tema energético y tomando en cuenta que YPF tiene poco más del 50% del mercado en combustibles líquidos, veamos que sucedió según el balance que la empresa da a conocer periódica y obligatoriamente en la Bolsa.
En el primer trimestre del año la inversión medida en dólares se redujo un 29,6% respecto de igual período del año pasado. El mayor recorte se produjo en exploración y producción, lo que en la actividad se conoce como “upstream”. A su vez, se finalizaron 9 pozos exploratorios, siendo que en igual lapso del 2015 se habían concretado 12 pozos, además de 3 workovers, tareas para aumentar la producción de pozos existentes.
No obstante la compañía decidió una distribución récord de dividendos desde su estatización. Repartirá un 76,6% más que el periodo anterior: $2,26 contra $1,28 por acción.
En tanto, el otro rubro que se incrementó en 8,9% es el de los gastos de Administración Central, que pasó de USD 24,6 M a USD 26,8 M.
Esto en un clima de endeudamiento generalizado del país, al que no es ajena la propia YPF con emisión de bonos a cinco años por USD 1.000M.
Mientras tanto la sociedad se hace cargo de un brutal incremento del precio de los combustibles, con fuerte impacto negativo en la capacidad de consumo y en los costos de producción, al mismo tiempo que a la actividad minera, propia de las petroleras, le regalaron la eliminación de las retenciones sin condicionamiento alguno.